Este fue uno de los primeros gestos del Papa por la paz en Ucrania. Sucedió en febrero de 2014, el Papa pedía por las 17 víctimas mortales provocadas por el gobierno prorruso de Yanukóvich al reprimir con violencia una manifestación a favor de la Unión Europea.
Finalmente, Rusia se anexionó la península de Crimea, pero eso no acabó con el conflicto. Un año más tarde, Francisco dedicaba estas palabras a los peregrinos que visitaban San Pedro.
En 2015 Francisco se reunió con Vladimir Putin, le pidió que cumpliera los acuerdos de paz recientemente firmados en Minsk y que permitiera el acceso de los trabajadores humanitarios a Crimea.
Ese mismo año también recibió al presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y le aseguró que nunca se olvida de rezar por Ucrania.
Francisco quería viajar a Ucrania, pero como la situación era demasiado complicada, visitó a la comunidad católica ucraniana en Roma.
Ahora el conflicto ha vuelto estallar. Francisco advertía con meses de antelación sobre los vientos de guerra que soplaban.
Durante varias audiencias generales y Ángelus de 2022, el Papa rezó por Ucrania. En febrero, Francisco reconoció “un gran dolor en el corazón por el empeoramiento de la situación” y “la apertura de escenarios cada vez más alarmantes”.
El Papa convocó una jornada de ayuno y oración por la paz y el cardenal Pietro Parolin lanzó un mensaje ofreciendo la mediación del Vaticano. Francisco visitó la embajada rusa ante la Santa Sede, un gesto diplomático contundente que contraviene todos los protocolos.
En el Ángelus de hace pocas semanas, el Papa saludó en su idioma a los ucranianos en Plaza de San Pedro y pidió la acogida de refugiados y la apertura de corredores humanitarios.
El último movimiento de Francisco ha sido el envío de dos cardenales. Konrad Krajewski, de Polonia, y Michael Czerny, nacido en la extinta Checoslovaquia. Quieren acompañar a las víctimas de la guerra en nombre del Papa.
RM
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