La Palabra de Dios
"En verdad les digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por algún otro lado, ése es un ladrón y un salteador. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El cuidador le abre y las ovejas escuchan su voz; llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas sus ovejas, empieza a caminar delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. A otro no lo seguirían, sino que huirían de él, porque no conocen la voz de los extraños". Jesús usó esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Jesús, pues, tomó de nuevo la palabra: "En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que entre por mí estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento. El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud."
Reflexiones sobre la lectura de hoy
- Jesús, el Pastor que nos cuida, nos llama con nuestro nombre, El también se compara con una puerta: un signo de seguridad, que guarda y protege a sus ovejas del peligro, y las provee con alimentos. Permitiéndonos para ir y venir, sin restricciones o confinamientos, Jesús dice: “Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.”
- Yo tengo la libertad para escuchar a lo que me da vida, lo que no puede ser fácil, cuando nuestra cultura nos ofrece munchos mensajes que nos llevan a lugares sin salida. Dios me ofrece libertad para ir y volver en busca de alimento, entonces escuchemos los que me da direcciones para la vida y la paz duradera. Me quedo unos momentos escuchando mi nombre, pronunciado por Dios con amor.
Conversación
Conclusión
Amen
Espacio Sagrado
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