No soy museo que te exhibe,
sino el eco emocionado de un encuentro.
No hablo de Vos porque te tenga:
más bien, oh Dios, te necesito.
No es desde la lluvia, canto desde mi sed.
Es ilusión creer que soy “experto en Vos”:
más bien... te intuye y te entrevé mi corazón.
Más bien... te intuye y te entrevé mi corazón.
No el panorama de una cima,
sino un terco ir asumiendo la subida.
Y no porque me sobreabundes,
sino que me haces mucha falta.
No desde un todo, no; desde mi algo, sí.
No “porque yo”; no “desde mí”; sino “hacia Vos”:
Así te intuye y te entrevé mi corazón.
Así te intuye y te entrevé mi corazón.
No hay en el alma un “título de propiedad”
sino el mapa de un Tesoro.
No hay en el alma un “título de propiedad”
sino el mapa confuso de un Tesoro oculto
que uno sale a buscar
en cada canción... en cada respiración.
Hablo de Vos como quien ama.
Como quien pregunta por alguien perdido.
Como a quien le han contado
acerca de un lago escondido.
Como quien vio su estrella y ansía volverla a ver,
Como quien busca lo más grande, hablo de Vos.
Porque te intuye y te entrevé mi corazón
Porque te intuye y te entrevé mi corazón.
No hay en el alma un “título de propiedad”
sino el mapa de un Tesoro.
No hay en el alma un “título de propiedad”
sino el mapa confuso de un Tesoro oculto
que uno sale a buscar
en cada canción... en cada respiración.
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