El Papa: Anunciar el Evangelio es cuestión de fe, no de persuasión
Muchas veces se hacen sermones largos, de veinte minutos, de treinta minutos... Pero, por favor, los predicadores deben predicar una idea, un afecto y una invitación a hacer. Más de ocho minutos, el sermón se desvanece, no se entiende.
En la práctica, «el sermón debe ser una idea, un afecto y una propuesta para hacer. Y no ir más allá de 10 minutos», explicó Francisco.
El anuncio del Evangelio
El Papa precisó en su catequesis que hay dos elementos que caracterizan la predicación: el Evangelio, que es su contenido, y el Espíritu Santo, que es el medio. En cuanto al contenido, hay que recordar que la predicación de Jesús y la de los Apóstoles incluye también «todos los deberes morales que se desprenden del Evangelio, empezando por los Diez Mandamientos y terminando por el mandamiento “nuevo” del amor», pero es la obra de Cristo el corazón del anuncio, subrayó el Pontífice.
Si no queremos caer en el error denunciado por el apóstol Pablo de anteponer la ley a la gracia y las obras a la fe, si no queremos caer en esto, es necesario partir una y otra vez del anuncio de lo que Cristo ha hecho por nosotros.
«El centro de la actividad evangelizadora y de toda intención de renovación eclesial» debe ser el kerigma, «el primer anuncio», insistió Francisco, aquel del que «depende toda aplicación moral», que es también «el que siempre hay que volver a escuchar de modos diversos» y siempre anunciar.
Predicar con la Unción del Espíritu
Y luego, «así como Jesús, ungido con el Espíritu, fue enviado por el Espíritu “para llevar la buena noticia a los pobres”, así debe ser para la Iglesia». Hay que predicar el Evangelio por medio del Espíritu Santo.
Predicar con la unción del Espíritu Santo significa transmitir, junto con ideas y doctrina, vida y convicción de nuestra fe. Significa confiar no en «discursos persuasivos de sabiduría, sino en la manifestación del Espíritu y su poder», como escribió San Pablo.
Orar y no predicar a uno mismo
No comments:
Post a Comment