En su discurso del pasado lunes al Cuerpo Diplomático
Benedicto XVI dirigió un espléndido discurso a los 175 embajadores de países de todo el mundo acreditados ante el Vaticano. El Santo Padre trazó una panorámica certera, iluminadora e interpeladora sobre situación actual del mundo, con especial referencia a la paz y a los derechos humanos.
Les entregamos algunos aspectos de ella
Cuatro grandes sombras
El retrato dibujado por el Papa está trazado en claroscuro, con sus luces y sus sombras. Cuatro son para Benedicto XVI las grandes sombras del mundo de hoy. El primero de ellos es "el escándalo del hambre", que afecta especialmente a niños y a mujeres, que tiende a agravarse y que es tanto más inaceptable cuanto el mundo dispone de bienes, conocimientos y medios para subsanarlo. En el compromiso de la comunidad internacional por la erradicación del hambre, el Papa pide la anulación o reducción de la deuda externa y el establecimiento de reglas que hagan posible un comercio más justo y solidario.
La proliferación de las armas -tanto las convencionales como la destrucción masiva- es la segunda gran sombra presente en nuestro mundo. Ello conlleva además el aumento de gastos militares. En tercer lugar, Benedicto XVI alerta sobre la descoordinación existente a la hora de atender a las crisis humanitarias y las respuestas ilusorias o egoístas que se ofrecen a los fenómenos migratorios.
Por fin, el cuarto gran reto, la cuarta gran sombra son los continuos atentados contra la vida, desde el aborto a la eutanasia. Atentan también contra la vida leyes contrarias a la verdad del matrimonio y de la familia y determinadas investigaciones biomédicas, que pretenden legitimar la clonación humana para hipotéticos fines terapéuticos.
Otras cuatro luces
La creciente toma de conciencia sobre la importancia del diálogo entre las culturas y las religiones es, según Benedicto XVI, uno de los signos luminosos de la hora presente de nuestra sociedad. Es también positivo el afán de los gobernantes y de los ciudadanos en favor del respeto por los derechos humanos y las iniciativas encaminadas a construir bases comunes para vivir en concordia.
En el ámbito del desarrollo, el Papa se congratula de campañas como las del 0,7% del PIB en favor de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo y de todas las acciones destinadas a combatir la corrupción. Por último, Benedicto XVI afirma que "es necesario también fomentar y continuar los esfuerzos realizados con el fin de garantizar la aplicación del derecho humanitario a las personas y a los pueblos para una protección más eficaz de las poblaciones civiles".
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