Monday, January 08, 2007

Stanislaw Dziwisz acepta renuncia de párroco polaco

Varsovia. (EFE).- La dimisión del párroco de la catedral de Wawel (Cracovia), Janusz Bielanski, aceptada por el cardenal Stanislaw Dziwisz, puede ser la antesala de próximas destituciones entre los prelados polacos que colaboraron con la policía comunista, según los medios de comunicación y analistas polacos.

Kamil Durczok, comentarista de la cadena de televisión privada polaca TVN, consideró que este cese eclesiástico tiene mayor relevancia porque se produjo a menos de 24 horas de la renuncia al arzobispado de Varsovia de Stanislaw Wielgus, como consecuencia directa de la decisión del Vaticano de impedir la investidura del nuevo metropolitano de la capital polaca, que admitió haber sido confidente y espía comunista.

En la misma línea se pronunció Tonasz Terlikowski, analista independiente católico y colaborador de varios medios polacos, y un firme partidario de que se esclarezcan todos los posibles casos.

Bielanski, que durante más de treinta años fue párroco de la catedral de Wawel, uno de los templos más prestigiosos de Polonia, fue muy querido por Juan Pablo II y durante el último año vivió bajo la protección singular del actual obispo de la villa, Stanislaw Dziwisz que durante todo el papado de Karol Wojtyla fue su secretario particular.

Aunque Bielanski ya fue acusado en su día de colaborar con la policía comunista por otro conocido sacerdote, Tadeusz Isakowicz Zaleski, capellán del sindicato Solidaridad en Cracovia, bajo la ley marcial del general Wojciech Jaruzelski, siguió ocupando su cargo entre los sacerdotes cracovianos.

Más problemas tuvo Isakowicz Zaleski cuando se le ocurrió investigar el pasado de los sacerdotes de la curia cracoviana en los archivos de la policía comunista que obran en poder del Instituto de la Memoria Nacional.

Isakowicz Zaleski quería publicar un libro en el que recogió con detalle la colaboración de 39 sacerdotes de la curia, varios cercanos a Wojtyla, con las autoridades comunistas.
Hasta ahora Dziwisz se oponía a la publicación del libro, e incluso prohibió a Isakowicz Zaleski que prosiguiera las investigaciones, pero después de la renuncia impuesta por el Papa Benedicto XVI al arzobispo Wielgus, al salir ayer de la catedral de Varsovia, Dziwisz declaró: "El Papa nos ha indicado el camino que debemos seguir".

Todos los observadores coinciden en que la aceptación de la dimisión de Bielanski es la confirmación de que el cardenal Dziwisz decidió obrar de acuerdo con la indicación del Papa y acabar con la protección de los sacerdotes que sirvieron a los deseos del régimen comunista.Por otro lado, la edición polaca del semanario 'Newsweek' acusa al obispo Jerzy Dabrowski de haber sido confidente consciente y voluntario de la policía política comunista. El obispo Dabrowski, que falleció en un accidente de tráfico hace dieciséis años, fue uno de los representantes de la Iglesia en las negociaciones de la 'Mesa Redonda' celebradas en febrero-abril de 1989 entre el poder comunista y los representantes de la oposición democrática, que terminaron con la concertación del acuerdo de transición pacífica a la democracia.
El obispo informó a la policía comunista en los años 1963-1970 sobre los contactos que tuvo con representantes de la Iglesia polaca y del Vaticano, durante su estancia en Roma, asegura el semanario.
Los documentos encontrados en el archivo del Instituto de la Memoria Nacional demuestran que el obispo Dabrowski informó a la policía polaca sobre las reuniones que mantuvo la Conferencia de Obispos Polacos durante el Segundo Concilio Vaticano

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