Con uno mismo, con sus seres queridos, hasta con Dios… y sin que haya mucha excusa ni explicación.
¿Qué hacer ante ello?
Hay mucha gente que “lo soluciona” por su cuenta con Dios.
Hay otra mucha que, como insistimos tanto en que Dios nos perdona todo ha perdido la capacidad de percibir el mal causado…
Hay quien lo identifica únicamente con incumplir normas, y quien cree que llamamos pecado a cosas que no lo son.
A veces hay que detenerse y pensar en aquello que, en nuestras vidas, supone una barrera en la relación con Dios, con nuestro mundo, con sus gentes o incluso con nosotros mismos.
Aquello con lo que destruimos el sueño de Dios para nosotros.
Fuente: Jesuitas de la provincia de Castilla
No comments:
Post a Comment