La basílica romana de Santa Maria en Trastevere acogió el 19 de junio una vigilia ecuménica de oración en memoria de las víctimas de la inmigración a Europa.
En el camino hacia la desesperada búsqueda de futuro, ¿cuántas son las mujeres y los hombres que se fugaron y murieron antes de conseguir su meta, acribillados por la violencia y expuestos ante el peligro? ¿Cuántas son las masacres modernas de inocentes? se preguntó en cardenal Renato Raffaele Martino, que presidió la celebración.
La vigilia, titulada “Morir de esperanza”, fue organizada por la Asociación Centro Astalli, por la Comunidad de San Egidio, por la Federación de Iglesias Evangélicas, por la Fundación “Migrantes” y por Cáritas Italia, con la participación de representantes de la Iglesia Ortodoxa.
“La inmigración puede ser un desafió ecuménico, esto es trabajar junto a personas que necesitan protección, refuerza seguramente nuestra acción y es el testimonio de una práctica diaria de lo que nosotros llamamos la cultura de los derechos”Sayed, Ali, Ibrahim, Youssef, Aisha... fueron alguos de los nombres recordados y por cada uno de ellos se encendió una vela.
Al finalizar la vigilia se hizo un llamamiento en nombre de todas las asociaciones que promovieron la iniciativa.
“Pedimos a todos los que tienen responsabilidad institucional y a todas las personas de buena voluntad que hagan lo posible con políticas de solidaridad, de acogida y de respeto entre los que piden asilo y los inmigrantes”.
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