
Juan 2:13-16
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas, sentados detrás de sus mesas. Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo junto con las ovejas y bueyes; derribó las mesas de los cambistas y desparramó el dinero por el suelo. A los que vendían palomas les dijo: «Saquen eso de aquí y no conviertan la Casa de mi Padre en un mercado».
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Pensamientos sobre el pasaje de hoy
¿Qué fue lo que gatilló tu ira, Señor? Era gente que se reunía en el Templo, buscando acercarse a Dios y rezar en un lugar sagrado. Pero donde se juntan potenciales compradores, los vendedores los siguen como buitres, convirtiendo la Casa de Dios en un altar del consumismo. No tenías nada contra hacer negocio -- había sido carpintero. Pero hay cosas más importantes que el dinero, y había que ponerlo en su lugar.
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