En un magnífico libro, con título original inglés “More than a Dream. The Cristo Rey Story”, el autor nos cuenta con lujo de detalles el origen no sólo del colegio Cristo Rey en el barrio latino de Pilsen en Chicago sino su extensión hasta formar una red de 20 colegios con más de 4.500 alumnos en distintas partes de los EUA que se incrementa continuamente.
Lo novedoso de la iniciativa es que surge de las necesidades reales expresadas por los vecinos del barrio: la vasta mayoría de habla hispana. Antes de la iniciación del colegio, se realizó un cuidadoso y detallado estudio de las necesidades educacionales, de las características de la población, su idioma, su cultura, sus tradiciones y hasta sus pandillas.
Estas familias no podían pagar el costo de una educación privada y varios colegios católicos en la ciudad se estaban cerrando por falta de recursos.
El reto fue, entonces, buscar el modo de financiar un colegio con una educación de calidad sin acudir a donaciones. Diversos intentos llevaron finalmente a una solución originalísima: los alumnos pagarían sus aranceles con su trabajo rentado: cinco alumnos compartirían un puesto de trabajo, turnándose los días de la semana. Sus padres sólo debían abonar una pequeña cuota y muchos ni eso. El currículo flexible, bilingüe y personalizado permitiría que faltaran un día por semana.
CPAL
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