La OMS denuncia la falta de recursos para tratar los desórdenes mentales asociados a la pobreza
Más estrés, depresión y otros desórdenes mentales. Es lo que provocará la crisis económica que desde hace meses golpea a los mercados y al ciudadano de a pie, según ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) con motivo del Día Mundial de la Salud Mental. La pobreza lleva asociada un cuadro de estrés que, sumado al desempleo, la violencia, la exclusión social y una constante inseguridad, se traduce en un cóctel peligroso para la estabilidad emocional.
"No nos debería sorprender ni deberíamos subestimar las consecuencias de la actual situación financiera", ha señalado en un encuentro con expertos Margaret Chan, directora del organismo, al tiempo que ha subrayado que siguen existiendo carencias en el tratamiento de enfermedades mentales, neurológicas y aquellas provocadas por el consumo de drogas y alcohol.
La depresión es uno de los principales motivos de discapacidad en el mundo, el consumo excesivo de alcohol causa la muerte de dos millones de personas cada año y cada 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo, lo que representa un millón de suicidios anuales, de acuerdo con el organismo de la ONU. "Es evidente que el suicidio guarda relación con los desastres financieros", agregó. "Y no hablo de millonarios saltando por la ventana, sino de gente pobre", ha remachado Chan.
Tres de cada cuatro personas afectadas por estos problemas viven en países en vías de desarrollo. El director de Salud Mental de la OMS, Benedetto Saraseno, ha destacado que este tipo de desórdenes afectará a una de cada cuatro personas en algún momento de sus vidas y, en determinados casos, se convierten en crónicos. Los transtornos neuropsiquiátricos -que también incluyen la esquizofrenia, la demencia y la epilepsia- son el 30% de todas las enfermedades no transmisibles.
Pese a estos alarmantes datos, Chan ha lametnado que existe una "falta abismal de cuidados" para este colectivo. Para ilustrar todo lo que queda por hacer en este ámbito, Saraseno ha aludido a un reciente estudio de la OMS en 14 países que evidenció que entre el 76 y 85% de los casos graves no recibieron un tratamiento en el año anterior en naciones de ingresos medios. Pero aún más chocante fue -agregó- descubrir que "en países de ingresos altos entre el 35 y el 50% de los casos tampoco recibieron ningún tratamiento" en los doce meses previos.
La OMS denuncia además que la mayoría de los países invierte menos del 2% de su presupuesto nacional para salud mental, lo que carece de sentido en términos económicos ya ese tipo de enfermedades tienen un alto coste no sólo para las familias, sino para las economías. Saraseno ha augurado que la cantidad de dinero previsiblemente se reducirá con motivo de la crisis, lo que terminará empeorando aún más la situación.
"Tomar acciones al respecto tiene sentido económico. Estos desórdenes interfieren de manera sustancial con la capacidad de los niños para aprender y de los adultos para funcionar en familia, en sus trabajos y en la sociedad en general", ha resaltado la directora general de la organización sanitaria.
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