Friday, January 23, 2009

"Señor, haz de mí un instrumento de tu paz", no era de San Francisco


RD/Agencias).-Una sencilla oración por la paz atribuida a San Francisco de Asís, citada por muchos políticos y amada por muchos cristianos, aparentemente no tiene nada que ver con el fraile medieval. El diario vaticano L'Osservatore Romano informó que la oración que comienza, "Señor, haz de mí un instrumento de tu paz", apareció por primera vez en Francia a comienzos del siglo XX y tuvo gran difusión durante la Primera Guerra Mundial.

El presidente estadounidense Bill Clinton la repitió, atribuyéndola a San Francisco, al recibir al papa Juan Pablo II en 1995.
"Su oración, que hasta el día de hoy llevan en sus bolsillos, carteras y monederos muchos católicos estadounidenses y es venerada por muchos que no son católicos, es un llamado claro a la unidad", dijo Clinton al recibir al papa en el aeropuerto de Newark.
La Madre Teresa de Calcutta la recitó al recibir el premio Nobel de la paz en 1979 y lo mismo hizo Margaret Thatcher al asumir como primera ministra de Inglaterra.
"Quisiera recordar unas palabras de San Francisco de Asís", dijo Thatcher antes de recitar: "Donde haya discordia, que yo lleve la unión. Donde haya error, que yo lleva la Verdad. Donde haya desesperación, que yo lleve la Esperanza".
Pero L'Osservatore dijo que Thatcher repetía en realidad una oración francesa que apareció por primera vez en un semanario católico en 1912.
La llamada "oración sencilla" apareció en el diario vaticano en 1916 por pedido del papa Benedicto XV, quien apreció su mensaje de paz durante la guerra.
Para los historiadores no es novedad que San Francisco ni era el autor.
"Francisco hablaba el italiano del siglo XIII, no usaba esa clase de lenguaje", dijo el historiador Alberto Melloni a The Associated Press. "Evidentemente es de inspiración franciscana, pero Francisco no es el autor".
Esta es la oración:
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.

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