Testimonio del sueño de un mundo en paz y sin fronteras
El 14 de noviembre de 1980 - en un mundo dominado por las ideologías y la represión - los jesuitas se movilizaron para responder a las necesidades humanitarias y educativas de los ‘boat people' vietnamitas. Así nacía el JRS (Servicio Jesuita para los Refugiados). Hoy, la cifra de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo ha pasado de 16 a 45 millones.
Treinta años después de aquella visión de su padre fundador y ex superior general de la Compañía de Jesús, Pedro Arrupe SJ, el JRS, una organización humanitaria internacional con proyectos en 51 países, ha aumentado espectacularmente el nivel y el alcance de sus servicios: educación, asistencia de emergencia, salud, protección de los derechos humanos, sirviendo a más de medio millón de personas.
"El acompañamiento es el alma de este enfoque. Interpelados por su realidad, nuestro lugar está junto a los refugiados en los campamentos, en las zonas de conflicto, en los centros de detención... en los márgenes de la sociedad. Esta cercanía nos muestra la mejor manera de atender a los refugiados y de defender, en su nombre, sus derechos, promover la justicia y la reconciliación", explicó el director del JRS Internacional, Peter Balleis SJ.
Detrás del desplazamiento moderno está la codicia que aviva la inseguridad y ensancha las diferencias económicas. Esta lucha por los recursos termina frecuentemente en conflictos y persecuciones. Huyendo de la extrema pobreza y de las violaciones a los derechos humanos, los inmigrantes desesperados y los refugiados quedan expuestos a la explotación y a la xenofobia.
Por esta y otras muchas razones, el JRS ha puesto como prioridad máxima asegurar un futuro para los refugiados, en particular invirtiendo en educación y formación. El JRS ofrece educación primaria, secundaria y superior así como formación profesional a cerca de 280.000 niños, jóvenes y adultos de todo el mundo cada año.
A lo largo de estos 30 años, el JRS se ha mantenido fiel a su misión: ir adonde la necesidad sea mayor y marcharse sólo cuando los retos de los refugiados hayan sido ya resueltos. Trabajando estrechamente con los refugiados y en colaboración con toda la gente de buena voluntad, sin ninguna presencia proselitista, el JRS está abierto a gente de todas las tradiciones que quieran compartir y ayudar en su misión.
Sin esta cercanía a los refugiados, nuestro trabajo en los centros de poder - sea Ginebra, Roma, Bruselas, Nairobi, Delhi o Washington - no sería posible. Asociados con los refugiados - y en base a una investigación sólida - el JRS trata de responder a las causas del desplazamiento forzoso. Dicho de otra manera, el JRS trabaja para empoderar a los refugiados y a las comunidades de acogida para defender sus derechos humanos, promover la armonía y la dignidad.
Para conmemorar los 30 años de servicio a los refugiados, las tres organizaciones jesuitas - JRS, Centro Astalli y Magis - han organizado un calendario de eventos en Roma:
* el 9 de noviembre a las 16:00, conferencia en la Universidad Gregoriana, "El Mundo Movilizado. La Respuesta Jesuita a los Refugiados," impartida por el ex director del JRS Internacional, Mark Raper SJ; y
* el 14 de noviembre, una misa en la iglesia de Gesù, seguidas de un concierto de los jóvenes músicos de Sonidos de la Tierra
La orquesta, formada por un grupo de 40 jóvenes músicos de comunidades marginales, algunos de ellos desplazados forzosos, interpretarán piezas modernas y tradicionales de África, Asia, América Latina y Europa. El tema, superando barreras culturales y lingüísticas, es un testimonio del sueño de un mundo en paz y sin fronteras.
RDNuestras felicitaciones y agradecimiento por el servicio que ha hecho y que sigue cumpliendo el JRS
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