Especiales palabras de gratitud al Señor y de valoración del espíritu de comunión eclesial que se vive en esta Asamblea tuvieron el Nuncio Apostólico y el Presidente de la Conferencia Episcopal. Por su parte, los invitados especiales a esta cita agradecieron ser parte de este histórico momento de nuestra Iglesia
Tras la Eucaristía de inicio celebrada al mediodía, la sesión inaugural de la 100ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile comenzó con un saludo de bienvenida a cargo de Mons. Alejandro Goic, obispo de Rancagua, Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Posteriormente, intervino Mons Giuseppe Pinto, Nuncio Apostólico de Su Santidad, quien saludó y agradeció a los obispos la cercanía expresada en estos años de su servicio como representante pontificio en nuestro país.
Agregó el Nuncio que esta Asamblea Plenaria es una clara expresión de comunión episcopal.
Mons. Pinto destacó la cercanía del Santo Padre hacia el pueblo chileno, expresión que el mismo Papa ratificó ante el embajador chileno ante la Santa Sede en octubre pasado. Pasó revista a acontecimientos relevantes que ha vivido el país, como el terremoto del 27 febrero y el episodio de los 33 mineros de la mina San José. Sobre este último aspecto, agradeció de un modo especial a Mons. Gaspar Quintana, obispo de Copiapó, a los sacerdotes de la diócesis, y a cuantos colaboraron en el acompañamiento pastoral de los mineros y sus familias, y en el feliz rescate de los trabajadores.
Tras recordar acontecimientos significativos en nuestra Iglesia, como el nombramiento del nuevo Obispo Prelado de Illapel, Mons. Jorge Vega, y la elevación a categoría de diócesis de la Peelatura de Calama, el Nuncio Apostólico agradeció y valoró las enseñanzas del Papa Benedicto XVI en la exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, dada a conocer recientemente.
Camino de comunión
Posteriormente, intervino el Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Alejandro Goic, quien subrayó que el camino que ha vivido la Iglesia Católica durante los años que han transcurrido desde la primera Asamblea Plenaria de obispos, ha sido un fruto precioso de la renovación eclesiológica del Concilio Vaticano II, que se expresa en la misma existencia y trabajos de la CECh, en el desarrollo de la vocación laical en la Iglesia y en la sociedad, en el Diaconado Permanente, en el itinerario pastoral de las sucesivas Orientaciones Pastorales,, entre otras manifestaciones.
Añadió que siguiendo al Espíritu “se irán abriendo los caminos para crecer en mayor comunión, en mayor corresponsabilidad eclesial, en mayor santidad y presencia evangelizadora en el mundo”. Mons. Goic sostuvo que “sólo si seguimos aprendiendo a vivir en una clave espiritual y pastoral de discernimiento podremos acoger los signos de los tiempos y la audacia de los llamados del Espíritu a los necesarios cambios en la vida de nuestra Iglesia”.
Posteriormente el Presidente de la CECh enumeró algunos desafíos que hacen urgentes las respuestas desde la Iglesia. Se refirió al descenso de la credibilidad eclesial y ministerial, a la necesidad de crecer en una eclesiología a partir del concepto central del “Pueblo de Dios” y de ser testigos de la universalidad y gratuidad del Evangelio en una sociedad pluricultural. Mencionó, además, la grave brecha entre sectores de altos niveles de consumo y los pobres, la tarea de la formación de los futuros sacerdotes y de los laicos, mayores caminos de diálogo y colaboración ecuménica.
Mons. Goic enfatizó que la comunión debe manifestarse en un “ejercicio de la autoridad en la Iglesia que escuche a otros miembros del Cuerpo de Cristo como sujetos adltos en Cristo y no –simplemente- como “fieles” que tienen que obedecer pasivamente”. En ese sentido, recalcó que “el crecimiento en la comunión será siempre nuestra gran tarea para tener una caridad vida, y por lo ismo es el camino adecuado para enfrentar los temporales de estos tiempos difíciles”.
El obispo de Rancagua finalizó su intervención agradeciendo al Señor por haberle permitido ser testigo de esta historia, particularmente en los años que le correspondió presidir la Conferencia Episcopal.
Invitados agradecen y valoran su presencia
Más adelante, Mons. Santiago Silva , obispo auxiliar de Valparaíso y Secretario General de la Conferencia Episcopal, explicó detalles de la dinámica de esta centésima Asamblea que contempla, en forma inédita, la participación de más de 50 invitados especiales, entre obispos eméritos, sacerdotes, religiosas, religiosas, diáconos permanentes y numerosos laicos y laicas, procedentes de diversos ámbitos de servicio, exponentes de distintas miradas dentro de la Iglesia y representantes de variados puntos del país.
“Se busca hacer una memoria agradecida, y al mismo tiempo una valoración y proyección del camino recorrido por la Iglesia en Chile”, explicó Mons. Silva, al dar cuenta del programa de la Asamblea.
Posteriormente, uno a uno los participantes se fueron presentando, comenzando por los obispos. La mayoría de los invitados agradeció y valoró la posibilidad que se les ofrece de formar parte de esta histórica instancia de reflexión y diálogo. Asisten a esta Asamblea, además de los 33 obispos en ejercicio, 11 obispos eméritos, dos representantes de CONFERRE (Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile), 22 laicos, 8 sacerdotes de diócesis, 6 religiosos, 2 religiosas, un diácono permanente, además del equipo pastoral ejecutivo de la Conferencia Episcopal (secretario adjunto, directores de áreas, Misión Continental).
Tras el rezo de Vísperas con adoración al Santísimo, la segunda sesión comenzó con la presentación de un memorial gráfico de la comunión episcopal y siguió con la exposición del historiador Rodrigo Moreno, quien presentó el Camino Pastoral de la Conferencia Episcopal de Chile. Esta temática continuará el martes, desde una lectura teológica y pastoral a cargo de Joaquín Silva, decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Tras estas dos exposiciones, sus resonancias y diálogo, los asuntos planteados serán dialogados posteriormente en las sesiones de los días martes y miércoles, a través de trabajos grupales y reflexiones en plenarios.
La participación de los invitados especiales concluye la tarde del miércoles, con una Eucaristía. La Asamblea Plenaria concluye el viernes y sus conclusiones serán informadas a las comunidades y a la opinión pública la próxima semana.
Fuente: Prensa CECh
Punta de Tralca, 15/11/2010
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