Benedicto XVI ha comenzado este sábado su 'peregrinaje' por Santiago de Compostela, primera escala de su viaje a españa que le llevará mañana también a Barcelona.
En el avión que le ha trasladado a Galicia, el Papa ha subrayado la batalla que en España está teniendo entre las fuerzas de la fe y quienes la desafían, entre los católicos y los laicistas y ha destacado el papel fundamental que ha representado este país en la modernización del catolicismos de la mano de personajes como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. También subrayó, no obstante, cómo en los años 30 en España se generó un movimiento "laicista, anticlericalista y agresivamente secularista".
"Esta disputa entre fe y modernidad se realiza hoy de nuevo de modo muy vivaz en España", aseguró el Papa trazando una especie de paralelismo entre la España republicana y la de Zapatero.
El Papa aseguró que el nuevo 'ministerio Vaticano' que ha puesto en marcha para tratar de que aquellos países de raíces cristianas que están dando la espalda a la religión vuelvan a recuperar la fe lo ha creado pensado "en todos los grandes países de Europa, pero sobre todo en España".
A su llegada el Papa, se ha presentado a sí mismo como un peregrino y aseguró que en "lo más íntimo de su ser, el hombre siempre está en camino de la verdad". Benedicto XVI ha destacado asimismo cómo el Camino de Santiago es uno de los pilares fundamentales de las raíces cristianas de Europa.
Tras pisar suelo español y recibir el saludo de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, el Pontífice ha agradecido primero las palabras del heredero de la Corona de España, así como "a cuantos han colaborado generosamente para que este breve, pero intenso viaje a Santiago y a Barcelona, sea del todo fructuoso". El Papa ha realizado su discurso en un perfecto castellano y lo finalizó con unas palabras en gallego, concluidas con un "moitas gracias".
"Con el camino España y Europa fueron desarrollando una fisionomía espiritual marcada de modo indeleble por el Evangelio". El Papa, siguiendo los pasos de su antecesor, Juan Pablo II, exhortó a España y Europa a recuperar sus raíces cristianas y a que se preocupen no sólo "de las necesidades materiales de los hombres sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas".
Asimismo, se refirió a España como el país que en el siglo XX "ha suscitado nuevas instituciones, grupos y comunidades de vida cristiana y de acción apostólica y, en los últimos decenios, camina en concordia y unidad, en libertad y paz, mirando al futuro con esperanza y responsabilidad".
España, dijo, movida por su rico patrimonio de valores humanos y espirituales, "busca asimismo superarse en medio de las dificultades y ofrecer su solidaridad a la comunidad internacional".
El Pontífice finalizó su saludo en el aeropuerto con unas palabras en lengua gallega para "renovar" su "cariño y cercanía" a los "amadísimos hijos de Galicia, de Cataluña y de los demás pueblos de España". "Al encomendar a la intercesión de Santiago Apóstol mi estancia entre vosotros, suplico que sus bendiciones alcancen a todos. Muchas gracias", concluyó.
En el aeródromo compostelano estaban para recibir al pontífice los Príncipes de Asturias, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, entre otras autoridades.
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, estaba al frente de la delegación de la Iglesia, compuesta por los cardenales españoles que han acudido a Santiago, entre ellos Antonio María Rouco Varela y Carlos Amigo
En el avión que le ha trasladado a Galicia, el Papa ha subrayado la batalla que en España está teniendo entre las fuerzas de la fe y quienes la desafían, entre los católicos y los laicistas y ha destacado el papel fundamental que ha representado este país en la modernización del catolicismos de la mano de personajes como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. También subrayó, no obstante, cómo en los años 30 en España se generó un movimiento "laicista, anticlericalista y agresivamente secularista".
"Esta disputa entre fe y modernidad se realiza hoy de nuevo de modo muy vivaz en España", aseguró el Papa trazando una especie de paralelismo entre la España republicana y la de Zapatero.
El Papa aseguró que el nuevo 'ministerio Vaticano' que ha puesto en marcha para tratar de que aquellos países de raíces cristianas que están dando la espalda a la religión vuelvan a recuperar la fe lo ha creado pensado "en todos los grandes países de Europa, pero sobre todo en España".
A su llegada el Papa, se ha presentado a sí mismo como un peregrino y aseguró que en "lo más íntimo de su ser, el hombre siempre está en camino de la verdad". Benedicto XVI ha destacado asimismo cómo el Camino de Santiago es uno de los pilares fundamentales de las raíces cristianas de Europa.
Tras pisar suelo español y recibir el saludo de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, el Pontífice ha agradecido primero las palabras del heredero de la Corona de España, así como "a cuantos han colaborado generosamente para que este breve, pero intenso viaje a Santiago y a Barcelona, sea del todo fructuoso". El Papa ha realizado su discurso en un perfecto castellano y lo finalizó con unas palabras en gallego, concluidas con un "moitas gracias".
"Con el camino España y Europa fueron desarrollando una fisionomía espiritual marcada de modo indeleble por el Evangelio". El Papa, siguiendo los pasos de su antecesor, Juan Pablo II, exhortó a España y Europa a recuperar sus raíces cristianas y a que se preocupen no sólo "de las necesidades materiales de los hombres sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas".
Asimismo, se refirió a España como el país que en el siglo XX "ha suscitado nuevas instituciones, grupos y comunidades de vida cristiana y de acción apostólica y, en los últimos decenios, camina en concordia y unidad, en libertad y paz, mirando al futuro con esperanza y responsabilidad".
España, dijo, movida por su rico patrimonio de valores humanos y espirituales, "busca asimismo superarse en medio de las dificultades y ofrecer su solidaridad a la comunidad internacional".
El Pontífice finalizó su saludo en el aeropuerto con unas palabras en lengua gallega para "renovar" su "cariño y cercanía" a los "amadísimos hijos de Galicia, de Cataluña y de los demás pueblos de España". "Al encomendar a la intercesión de Santiago Apóstol mi estancia entre vosotros, suplico que sus bendiciones alcancen a todos. Muchas gracias", concluyó.
En el aeródromo compostelano estaban para recibir al pontífice los Príncipes de Asturias, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, entre otras autoridades.
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, estaba al frente de la delegación de la Iglesia, compuesta por los cardenales españoles que han acudido a Santiago, entre ellos Antonio María Rouco Varela y Carlos Amigo
El Mundo
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