Jesús de Nazaret ha dicho varias veces que Él es Luz para el mundo. Pero hoy nos dice, según San Mateo, que somos nosotros luz del mundo. Y, también, sal para dar sabor a la vida aquí en la Tierra. Con ello, nos envía de misión, nos manda a evangelizar… en, precisamente, un tiempo que hace mucha falta. La gente, metida en sus problemas y en el egoísmo más intenso, olvida que Jesús nos enseña una sabiduría que termina con la frustración, con el miedo, con la desesperanza. Busquemos la luz de Jesús para ser nosotros también luz del mundo, de un mundo que permanece en oscuridad casi total.
Betania
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