Hoy, 17 de febrero, la Iglesia conmemora a LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE LOS SIERVOS DE LA VIRGEN MARÍA, en el aniversario de la muerte del último de ellos, San Alejo Falconieri, quien falleciera en un día como hoy del año 1310 en Florencia, Italia. Oriundos de este país, sus nombres fueron: Bartolomé Amidei, Benito Antella, Bonfilio Monaldi, Gerardo Sonteño, Juan Manetti y Rigoberto Uguccione, quienes son generalmente conocidos como los "servitas de María". En 1888 el Papa León XIII los inscribió en el libro de los santos. Sus restos se veneran en un mismo sepulcro, en la Iglesia de Santa María de la Asunción, en el Monte Senario, cerca de Florencia. Unidos, pues, a los servitas, brindemos nuestro cálido aplauso a Los Siete Santos Fundadores De La Orden De Los Siervos De La Virgen María.
Meditación
QUERIDOS SANTOS FUNDADORES DE LOS SERVITAS: Recordar sus vidas es ver a siete jóvenes de cuna noble y aspiraciones altas, que un día, molestos por las permanentes contiendas civiles y militares y cansados de vivir en una sociedad marcada por el materialismo y relajación moral, decidieron retirarse a la soledad. Se fueron al monte Senario e iniciaron allí una aventura que tenía un denominador común: el amor a la Virgen María. Vistieron un hábito sencillo, en memoria de la humildad y los dolores que sufrió María en la pasión de su hijo y, con materiales pobres, construyeron un oratorio en donde hicieron su compromiso de vivir lo más pobremente posible. Optaron por una vida centrada en la oración y la penitencia, con una ferviente devoción a la Virgen María. Animados por este espíritu, decidieron fundar una hermandad a la que pusieron por nombre "Congregación de Santa María". Ella misma se les habría aparecido y les habría manifestado su deseo de que lleven un hábito pardo, en recuerdo de la pasión, y que se rijan por la regla de San Agustín. Empezaron a ser conocidos por el nombre de los Siervos de María o Servitas, en mérito a que vuestro único ideal era servir a Nuestra Señora, y a los hombres, en nombre de ella. Todos fueron ordenados sacerdotes menos Alejo Falconieri, que prefirió quedarse como hermano laico. La congregación, que en un primer momento fuera reconocida, se disolvió, siendo años más tarde aprobada definitivamente. Pero solamente Alejo, que vivió 110 años, el más longevo de los siete fundadores, fue el único que logró ver ese día.
Radio Vaticano
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