Monday, April 02, 2012

El día que murió el Papa Wojtyla

El 2 de abril de 2005 se apagaba el gran guía de la Iglesia, hoy beato

LUCA ROLANDI
ROMA

Han pasado 7 años desde que se apagó Juan Pablo II. Una larga agonía que el mundo siguió con ansia y con una enorme participación emotiva y espiritual. Una muerte que afectó a todos, creyentes y no, católicos y laicos. Era un sábado, el reloj marcaba las 21.37. En ese instante se certificó el deceso de Karol Wojtyla. A las 22, la noticia fue comunicada por monseñor Leonardo Sandri: «El Papa ha vuelto a la casa del Padre», fue el anuncio que hizo en una Plaza San Pedro llena que acompañó la noticia con un único y larguísimo aplauso, llantos y oraciones. Fueron muchos los que permanecieron llorando en silencio, otros siguieron con la mirada fija en la ventana del tercer piso del palacio apostólico con las luces encendidas. Sonaron las campanas en la Plaza San Pedro. Los más de 60 mil fieles que se reunieron en la Plaza San Pedro recitaron el “Eterno reposo”.

Konrad Krajewski escribió para el “Osservatore Romano” del 2 de abril de 2011: «Estábamos de rodillas, alrededor del lechos de Juan Pablo II. El Papa yacía en la penumbra. La luz discreta de la lámpara iluminaba la pared, pero él estaba a la vista. Cuando llegó la hora en la que, pocos instantes después, todo el mundo habría sabido, de impoviso el arzobispo Dziwisz se levantó. Encendió la luz de la habitación, interrumpiendo así el silencio de la muerte de Juan Pablo II. Con voz conmovida, pero sorprendentemente firme, con el típico acento montanaro que alarga una de las sílabas, comenzó a cantar: “Nosotros de alabamos, Dios, te proclamamos, Señor”».

Los solemnes funerales del Papa Wojtyla fueron presididos por el cardenal Ratzinger. Del 2 al 8 de abril llegaron a Roma 3 millones de peregrinos. Durante esos días, 21 mil persones entraron cada hora a la basílica vaticana, 350 al minuto. En promedio, el tiempo necesario para ver los restos mortales del Papa era de 13 horas, pero hubo quien tuvo que esperar incluso 24 horas. La fila llegabó a medir 5 km. El día de los funerales, 500 mil fieles siguieron las exequias en Plaza San Pedro y en la Vía de la Conciliación, mientras que 600 mil la presenciaron desde otros puntos de Roma, a través de las megapantallas. Enormes carteles de entre la multitud invocaban “Santo inmediatamente”. Seis años más tarde, el primero de mayo de 2011, Karol Wojtyla fue proclamado Beato por su sucesor Benedicto XVI.

En el cuarto año del aniversario de su muerte, el Papa Ratzinger, el 2 de abril de 2009, recodró de esta forma a Juan Pablo II: «...como padre afectuoso y atento educador, indicaba seguros y firmes puntos de referencia indispensables para todos, especialmente para la juventud. Y en la hora de la agonía y de la muerte, esta nueva generación quiso manifestarle que había entendido sus enseñanzas, recogiéndose silenciosamente en oración en la Plaza San Pedro y en muchos otros lugares del mundo. Sentían, los jóvenes, que su desaparición constituía una pérdida: moría “su” Papa, que consideraban “su” padre en la fe. Advertían, al mismo tiempo, que les dejaba como herencia su coraje y la coherencia de su testimonio. ¿No había subrayado, en más de una ocasión, la necesidad de una radical adhesión al Evangelio, exhortando a adultos y jóvenes a tomar seriamente esta común responsabilidad educativa?».


Vatican Insider

No comments: