La Palabra de Dios
Mateo 18:12-14
Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué os parece? Supongamos que un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una: ¿no dejará las noventa y nueve en la ladera para ir a buscar la extraviada? Y si llega a encontrarla, os aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve no extraviadas. Del mismo modo, vuestro Padre del cielo no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños".
Escuchando La Palabra
Lee este texto lentamente, varias veces, y percibe si alguna palabra, o frase, se destaca de las demás, y quédate con ella por el tiempo que quieras, antes de seguir leyendo.
Este ejercicio es como probar un dulce. No trates de analizar la frase, tal como no se debe mascar un dulce para que dure más, o que tampoco examinarías en qué consiste el dulce antes de probarlo.
A menudo una frase atraerá la atención de nuestro subconsciente, antes de nuestra mente consciente se dé cuenta de la razón de esa atracción. Por eso es bueno quedar meditando esa frase lo más posible, sin tratar de analizarla.
Pueden aparecer muchas distracciones en mi mente; pero algunos pensamientos, lejos de ser distracciones, pueden convertirse en la sustancia de mi oración. Es como si la frase de la Escritura fuera una linterna, que ilumina la corriente de mis pensamientos, memorias, reflexiones, sueños, esperanzas, ambiciones y temores, y mi oración llega a ser una mezcla de la Palabra y de mis pensamientos y sensaciones profundas.
Reflexiones sobre la lectura de hoy
- El rey salvador y pastor, es en sí mismo compasión y misericordia. Nadie de los que están a su cargo es una pura estadística, su corazón está dolido y totalmente preocupado si incluso uno de ellos falta. Es el pastor, que no descansará hasta que haya encontrado al extraviado.
- Pero también es el pastor con recursos de fuerza y poder detrás suyo. Isaías nos recuerda que su brazo somete todas las cosas y que siempre es victorioso.
- Entonces, “la venida de los tiempos” la esperamos con la certeza, tanto de nuestra propia debilidad como de su gran poder.
CONVERSACIÓN
Que sucede en mí, mientras rezo?
Siento consuelo, preocupación, indiferencia?
Imagino a Jesús mismo sentado o de pie, a mi lado,
y comparto estos sentimientos con Él.
Conclusión
Gloria al Padre,
Gloria al Hijo,
Gloria al Espiritu Santo,
como era en el principio,
es ahora y siempre será,
por los siglos de los siglos
Amen
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