El 9 de diciembre en el Vaticano fue un día grande: se inauguraba el árbol y el pesebre de la plaza de San Pedro. Ambos, este año, vienen de Italia. Y la jornada comenzó con la reunión del papa con los representantes de esos lugares cuyas obras han sido elegidas para ocupar un lugar protagonista en el Vaticano durante toda la Navidad.
Al mismo tiempo, el papa no ocultó que este año, al pensar en la Navidad, el sentimiento es de profunda tristeza.
La inauguración del árbol y del pesebre tuvieron lugar por la tarde, en un acto presididos por el cardenal español Fernando Vérgez y por sor Raffaella Petrini, presidente y secretaria general del Governatorato del Estado Ciudad del Vaticano.
El pesebre viene de la diócesis de Rieti y recuerda el primero de la historia, el que San Francisco hizo en esa región después de estar en Tierra Santa hace 800 años.
Los personajes son de tamaño natural y visten con los trajes del siglo XIII. Además hay una particularidad: que en él se ve a San Francisco y a otros franciscanos. Cuando nazca el niño, en Navidad, se lo colocarán en los brazos del santo de Asís.
El árbol de 25 metros de altura viene de la región del Piamonte. Su iluminación llenó de vida la plaza de San Pedro.
Al terminar este evento el Vaticano ofreció una cena a personas necesitadas. Lo organizaron bajo la columnata de Bernini y a la luz del pesebre y del árbol recién inaugurados.
JRB
Rome Reports
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