Un desafío al individualismo
La diferencia más importante entre las interpretaciones africanas y occidentales de la enfermedad psíquica es que en África el alma humana no se limita al yo individual, sino que se desarrolla en comunión con las fuerzas sobrenaturales que rigen el universo.
La diferencia más importante entre las interpretaciones africanas y occidentales de la enfermedad psíquica es que en África el alma humana no se limita al yo individual, sino que se desarrolla en comunión con las fuerzas sobrenaturales que rigen el universo.
En vez de criticar a los padres del individuo perturbado y fijarse en una familia particular, el africano tradicional percibe la personalidad humana en el marco más amplio del lugar del hombre en el universo y de sus relaciones con los dioses, los antepasados y los espíritus.
Toda enfermedad, sea mental o física, se concibe como el síntoma de un equilibrio roto entre los hombres y las fuerzas escondidas del cosmos. Si una persona tiene dolores de vientre o de cabeza, pesadillas o alucinaciones, hay varias interpretaciones. Es posible que la persona enferma haya ofendido a un antepasado o a un dios, o que algún envidioso lo haya embrujado.
En todos estos casos, se trata de un equilibrio roto. La demencia es una de las señales más serias de un desorden, no solamente individual, sino, a menudo, universal. Los "locos" no se conciben necesariamente de un modo negativo, sino como seres de excepción e incluso portadores de mensajes importantes para la sociedad.
Para los fon, de Benín, la enfermedad mental es esencialmente un conjunto de comportamientos que van en contra de los del hombre ordinario. Los enfermos mentales son invulnerables a algunos microbios y a algunas enfermedades; por eso comen un poco de todo, afrontan las inclemencias del tiempo y se acuestan al aire libre sin problemas o sin enfermarse. Hablan solos con personas invisibles e incluso son capaces de hablar en códigos lingüísticos indescifrables al común de los mortales. Algunas personas les confieren incluso poderes sobrenaturales.
En las sociedades tradicionales africanas, los "locos" no se encierran en manicomios, sino que cumplen una función clara de crítica social. Es frecuente ver en las calles de las ciudades de Benín a enfermos mentales gritando y acusando a una sociedad que se vuelca cada vez más en los valores materiales. Suelen denunciar el caos del tráfico rodado, la pobreza, la corrupción, los problemas ambientales.
Así se expresó, por ejemplo, uno de ellos: "El pueblo está padeciendo hambre, los funcionarios cobran difícilmente su salario. Los estudiantes tampoco perciben sus becas. Todo el país está en una situación caótica, mientras que los barones del PRPB (Partido de la Revolución Popular de Benín) festejan cada miércoles y circulan por las calles con coches de lujo de la última moda, con mujeres locales o importadas de todos los colores...".
Así, el tadunon (enfermo mental, extraviado) pone en tela de juicio las certidumbres de la sociedad, dice cosas inoportunas y escandalosas que la gente no quiere escuchar. Nos recuerda que algo falla en la racionalidad dominante, en la que, tras las apariencias, se esconde otra realidad.
Laurent Fidèle SOSSOUVI y Sinikka KAHL,
Mundo Negro, junio 2004
Ampliando miras: SÍNTOMAS DE UN EQUILIBRIO ROTO
Ampliando miras: SÍNTOMAS DE UN EQUILIBRIO ROTO
En las sociedades “subdesarrolladas” africanas, los locos son síntomas de un equilibrio roto, la señal de un desorden no solamente individual sino también social.
Algo no va bien en la sociedad en la que hay “locos” y estos lo hacen notar con su comportamiento llamativo y sus críticas desinhibidas. Para estas sociedades las personas somos parte de nuestro entorno natural, social e incluso cósmico.
Cuando hay un enfermo en un grupo, el grupo entero está enfermo. Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan (1 Co 12, 25-26).
Gesto para hoy:
Mira las caras de las personas con las que te cruces durante un paseo y trata de averiguar sus emociones y sentimientos. Siente que formas parte de esta sociedad tan diversa.
Oración:
no nos dejes caer en la tentación
de pensar únicamente en nosotros mismos
como si nuestros hermanos no fueran parte de nosotros.
Que todos seamos uno,
como tú y el Padre sois uno.
Fuente: Ágora Marianista
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