Lucas 4:16-21Llegó a Nazaret, donde se había criado, y el sábado fue a la sinagoga, como era su costumbre. Se puso de pie para hacer la lectura, y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor esta sobre mí. El me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres, para anunciar la libertas a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para poner el libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracias del Señor". Jesús entonces enrolló el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó, mientras todos los presentes tenían los ojos fijos en Él. Y empezó a decirles: "Hoy les llegan noticias de cómo se cumplen estas palabras proféticas"
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Al sentarnos y leer los Evangelios, a menudo vemos y escuchamos que ellos son "La Buena Noticia". Lucas nos revela que con el Evangelio nuestro espíritu es ungido, la libertad es anunciada a los pueblos que están estancados, los ciegos ven y el Año del Señor es anunciado. Jesús anuncia a su pueblo que la Buena Nueva no son sólo palabras, sino que una persona: Él.
Las buenas nuevas pueden ser resumidas en el hecho que todos somos hijos de Dios, que somos hermanas y hermanos, y que el mal no prevalecerá en el mundo. I
maginen esto en los titulares y pancartas de la ciudad!
¿Pueden recordar momentos en que los Evangelios les levantaron en corazón, calmaron sus temores, renovaron sus esperanzas y refrescaron toda sus vidas?
Con razón, entonces son una Buena Nueva, junto al hecho que Jesús está en nuestras vidas. Demos gracias por ello.
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