El día 15 de mayo el Santo Padre recibió los participantes en la sesión plenaria del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, que en su encuentro han reflexionado sobre el tema: "La familia emigrante e itinerante". Benedicto XVI recordó que durante su reciente visita a Estados Unidos alentó a este país a "seguir en su compromiso de acogida de aquellos hermanos y hermanas que llegan allí, procedentes normalmente, de países pobres" y señaló en concreto "el grave problema de la reunificación familiar".
Tras reafirmar que "la solicitud de la Iglesia por la familia emigrante no disminuye el interés pastoral por aquella itinerante", el Santo Padre subrayó que "la familia es la célula originaria de la sociedad, que no se puede destruir, sino que hay que defender con valentía y paciencia. Representa la comunidad en la que uno se forma desde la infancia para adorar y amar a Dios, aprendiendo a hacer buen uso de la libertad en la verdad. Por desgracia -continuó-, en muchas situaciones esto se da con dificultad, especialmente en el caso de quien está implicado en el fenómeno de la movilidad humana".
Se refirió la importancia de los Sacramentos de la Eucaristía y del Matrimonio, tambien para los emigrantes y refugiados. "Quien va a Misa -y hay que facilitar la celebración también para los emigrantes e itinerantes- halla en la Eucaristía un fuerte vínculo con la propia familia, con el propio matrimonio, y se siente animado a vivir su situación en perspectiva de fe, buscando en la gracia divina la fuerza necesaria para lograrlo". El Santo Padre terminó poniendo de relieve que "la movilidad humana representa, en el actual mundo globalizado, una frontera importante para la nueva evangelización" y en este sentido alentó a los miembros y consultores del dicasterio a "seguir con renovado empeño su tarea pastoral" (VIS).
CPAL
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