Hoy, 24 de Agosto, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SAN BARTOLOME, quien según la tradición habría sido desollado vivo en Armenia y luego crucificado cabeza abajo por orden del rey Astiages. Nacido en Caná de Galilea, fue uno de los doce apóstoles escogidos por Jesucristo. Muchos eruditos lo identifican con Natanael, mencionado por San Juan, identificación que ha sido "oficializada" por la Liturgia al colocar en el Evangelio de su fiesta la vocación de Natanael. Debido al suplicio que padeció, es considerado patrono de aquellos cuyo trabajo está relacionado con la piel: curtidores, peleteros, trabajadores del cuero, encuadernadores, fabricantes de guantes. Y el arte lo representa -un ejemplo típico es el "Juicio Final" de la Capilla Sextina- como despellejado y teniendo en la mano su propia piel. Sus reliquias, tras varios traslados, fueron llevadas a Roma por orden del emperador Otón III en el siglo X, y se conservan en la iglesia de San Bartolomé en la isla Tiberina, mientras que su cráneo se venera en Francfort-del-Main, Alemania, ciudad de la que es patrono. Unidos, pues, a estas Iglesias y a cuantos están dispuestos a dar hasta su propia piel por el evangelio de Jesucristo, brindemos nuestro vivo aplauso a San Bartolomé Apóstol.
Meditación
QUERIDO SAN BARTOLOMÉ: los Evangelios nos cuentan que encontraste a Cristo por invitación del apóstol Felipe. El Señor, al verte por primera vez, dijo: "Aquí tienen en verdad a un israelita, en el que no hay falsedad". Desde ese día, no te separaste del maestro. Después de su resurrección, tus pies de predicador habrían puesto sus huellas en la India, aunque otras tradiciones te presentan predicando en Mesopotamia, Persia, Egipto, Armenia, Licaonia, Frigia, y en las costas del Mar Negro. A tu paso por pueblos y ciudades, bendecías, atendías a los afligidos, curabas. Entre otros, curaste a la misma hija de Polimio, Rey de Armenia, por lo que toda la familia se convirtió al cristianismo. Sin embargo, los sacerdotes paganos, furibundos ante este hecho, habrían soliviantado al hermano del rey en tu contra, dando orden de encarcelarte y torturarte. Habrías sido sentenciado a la llamada "muerte persa" siendo desollado vivo y luego crucificado. En Francia todavía existe la costumbre de las velas de San Bartolomé como recuerdo del terrible asesinato de dos mil hugonotes protestantes en 1572, por orden de Catalina de Médici.
San Bartolomé Apóstol, nunca olvidaremos aquellas palabras que el mismo Jesús te dijo: "Aquí tienen un israelita de verdad".
Radio Vaticano
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