En el aniversario 153 de las apariciones de la Virgen a la pequeña Bernardita Soubirous, los peregrinos acudieron masivamente al Santuario de Lourdes. La jornada tuvo como uno de sus hitos la emotiva misa presidida por el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati.
El irregular clima del viernes 11 de febrero no aplacó el calor de los fieles que llegaron contados por miles a la celebración de la Festividad de Lourdes, en el tradicional santuario ubicado en Quinta Normal. Ahí, animados por el mismo espíritu de devoción a la Virgen de Lourdes, se mezclaron hombres y mujeres; niños, jóvenes, adultos y ancianos; aquellos que acuden siempre al santuario con otros que, encantados con la experiencia, peregrinaban a ese lugar por primera vez con la promesa de volver.
“Esta jornada me ha parecido excelente. Hace once años que no venía y me ha llamado mucho la atención la gran cantidad de gente que viene, gente creyente que viene a darle gracias a la Virgen y a cumplir sus mandas. Yo en lo personal vine a agradecerle por la salud, por el trabajo, por la familia unida, y por tantas cosas buenas que existen”, comentó Matías Lobos (21).
Para Javiera Pérez (20), su polola, una de las cosas llamativas fue que hubiera misas al aire libre. “Primera vez que vengo, y eso lo encontré entretenido y novedoso”, opinó.
Matías y Javiera se confundían en medio de la multitud que, al igual que ellos, acudía con la esperanza nunca defraudada en esta fecha de vivir una experiencia de fe significativa y enriquecedora, que sería realzada horas más tarde con la presencia del arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati.
La Festividad de Lourdes recuerda el 11 de febrero de 1858, cuando en Lourdes, Francia, la Virgen se le reveló a la pequeña Bernardita Soubirous, de tan sólo catorce años, y en dieciocho sucesivas oportunidades –conocidas como las dieciocho apariciones- le confió un encargo para el párroco y un mensaje para la Iglesia, basado en el Evangelio y las Bienaventuranzas. Dicho mensaje está marcado por la oración, la pobreza, la penitencia y la conversión, acompañadas de signos como el agua, la luz, los enfermos, los pobres y algunos gestos penitenciales. Finalmente, la Virgen quiso identificarse diciendo “Yo soy la Inmaculada Concepción”, palabras que ratificaban dicho dogma católico proclamado por Pío IX, pocos años antes, el 8 de diciembre de 1854.
También peregrina por primera vez en esta festividad, Rosemarie Kerber (49) valoró positivamente lo vivido. “Me ha parecido una celebración maravillosa. Vengo acá a darle gracias a la Virgen porque me ha acompañado en una operación que tuve, y en realidad me he sentido muy recogida y acogida, además que todo estuvo muy bien organizado. La verdad es que me he sentido muy feliz”, expresó, y agregó que “siento que esta celebración es una instancia en que recordamos que la fe en Dios y en la Virgen nos debe acompañar cada día. De verdad creo que no deberíamos venir solamente una vez al año, sino que más seguido”.
Autodenominado como “absolutamente devoto” de la Virgen, Víctor Cares (66) acude siempre al Santuario de Lourdes y, ciertamente, en esta fecha con mayor razón. “Me da mucha alegría darme cuenta aquí que la Iglesia está viva, que la Iglesia tiene futuro y que, a pesar de todos los problemas que ha tenido últimamente, por las debilidades propias de los hombres, se mantiene firme, con fuerza, y que hay jóvenes que están dispuestos a destinar su vida a la causa de Cristo”, observó.
Para el dueño de casa, el padre Héctor García, a.a., rector del Santuario de Lourdes, uno de los valores más destacables de esta celebración es que “el hecho de la humildad y la pobreza de Bernardita Soubirous, que es una niñita de 14 años que no sabía leer ni escribir, no había hecho su primera comunión, que era enfermiza, de una familia muy modesta, y sin embargo fue ella a quien la Virgen eligió para hacerla confidente de su mensaje para la humanidad de aquel tiempo”. Para el padre Héctor, esto demuestra que “Dios nos necesita a todos nosotros; niños, jóvenes, adultos, ancianos, enfermos, en fin. Todos somos importantes para Él”.
Asimismo, el rector del santuario resaltó el significado de la presencia del arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, en su primera Festividad de Lourdes como Pastor de la arquidiócesis. “A través de su presencia aquí junto a nosotros, nos recuerda nuestra dimensión eclesial, nuestra inserción como cristianos en el cuerpo místico de Cristo”, a la vez que la “unión íntima” entre la Virgen y la Iglesia. El mensaje del Pastor A medida que pasaban las horas y transcurría el día, la expectación entre los fieles iba creciendo a la espera de la Misa de Clausura y posterior procesión, ambos actos que serían presididos por monseñor Ricardo Ezzati.
A las 20 horas comenzó esta misa con una gruta colmada de peregrinos que siguieron con atención la homilía del arzobispo de Santiago. En ella, monseñor Ezzati manifestó que “hemos venido como peregrinos llevando en el corazón muchos motivos de acción de gracias, porque hemos experimentado a lo largo del año la bondad materna de la Virgen María. Hemos venido también como peregrinos trayendo en nuestro corazón dolores y esperanzas”. Y añadió que “quisiéramos de una manera muy particular que el corazón de la Madre pueda escuchar los latidos de nuestro corazón y pueda, con el amor que la caracteriza, mirar nuestras necesidades y pedirle a su hijo Jesús que nos conceda cuanto le pedimos”. Sobre su nuevo desafío pastoral a la cabeza de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Ezzati expresó sus deseos de “confiar a la protección de la Virgen María el ministerio episcopal que la Iglesia me ha confiado. Estoy seguro que bajo su protección, todos, fieles y pastores, podemos ser la Iglesia que Jesús espera de nosotros, y que sea signo y testigo de la presencia amorosa de Dios”.
Al concluir la ceremonia religiosa, cuando ya la noche caía sobre la ciudad, cientos de fieles, encabezados por monseñor Ezzati y portando la figura de la Virgen, recorrieron las calles adyacentes al santuario, expresando el fervor y adhesión que despierta la Festividad de Lourdes, una más que centenaria manifestación de religiosidad popular que recorre Santiago y Chile entero.
Fuente: DOP Santiago http://www.iglesiadesantiago.cl/
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