"Lo nuestro es sembrar esperanza entre los más débiles"

Antonio Serrano, misionero javeriano en Chad

El Gobierno tiene la fama de ser el más corrupto del mundo

Manuel Robles).- Antonio Serrano Asurmendi, es un misionero Javeriano, natural de Ordizia (Guipúzcoa),de 44 años, ha sido misionero en el Chad, un país de mayoría musulmana, y que este fin de semana ha recorrido Asturias para sensibilizar a la opinión pública y a la gente de las parroquias de las enormes carencias que todavía existen en Africa. El gobierno del Chad, presidido por Idriss Deby, tiene la fama de ser el más corrupto del mundo, militar, aparentemente es un gobierno democrático, pero el que manda es el ejercito, cuenta con diez millones de habitantes, de mayoría musulmana moderada y con un 20% de cristianos.

-¿Dónde estuviste destinado en Africa?

-Me destinaron a la diócesis de Pala, un lugar bastante cercano al Camerún. En esta zona la mayoría de la gente es musulmana. Los cristianos tienen solamente 58 años, fue en el año 1952 cuando llegaron allí los Oblatos de María Inmaculada y comenzaron la misión. Como no tenían ni idea de la lengua se ayudaron de intérpretes cristianos que les ayudaban en la traducción y así comenzaron las cosas.

-¿Cómo es la labor evangelizadora en Africa?

Tenemos que reconocer que por aquellas latitudes todo es mas lento, parece que ellos nunca tienen prisa. Normalmente antes de bautizar a una persona adulta, procuramos que se forme dentro de una comunidad cristiana durante cinco años por lo menos.

-¿Cuántos cristianos tenéis en las parroquias que atendéis?

-Las parroquias que tenemos asignadas tienen una población de unos 25.000 habitantes, y la gente se dedica al campo y un poco a la ganadería. La población cristiana que vive pequeños pueblos dispersos unos de otros, es de unos 3000 bautizados.

-¿Cual es el mayor problema que tiene Africa?

-Africa, desgraciadamente, tiene muchos problemas porque en muchas zonas no tiene un mínimo desarrollo humano. Pero tiene tres problemas gordos que cuesta mucho echar fuera: la corrupción de los gobernantes, un pueblo numeroso analfabeto y el abandono que sufre la mujer. En el Chad, a los hombres le cuesta mucho cambiar porque están acostumbrados a ser los dueños y señores de la casa, por eso no quieren la promoción de la mujer, para seguir viviendo a costa de ella y de sus hijos.

-¿Qué estáis haciendo para cambiar un poco la situación?

-Lo que hace falta es sensibilizar a los europeos para que echen una mano, sobre todo a los cristianos, porque los gobiernos pasan bastante de Africa. Los que estamos allí intentamos promocionar a la mujer por medio de la educación y de lo minicréditos porque ella es la que mejor transmite cualquier cambio que se pudiera dar en la vida familiar y social.

-¿Qué son los minicréditos?

Son unos préstamos que hacemos llegar a las mujeres a través de unas Cajas Rurales que hemos creado, de modo que la mujer tenga algo de dinero y así puede ser independiente a la hora de educar a los hijos y de plantearse algún cambio en la familia y en la sociedad. En el Chad la mayoría de la población es musulmana, el hombre está muy bien viviendo a costa de sus mujeres, y no quiere cambios que le quiten privilegios

-¿Cómo son allí las condiciones de vida?

No tienen nada que ver con el desarrollo europeo. Allí, dos de cada diez niños no llegan a los cinco años. Todavía tenemos una mortalidad infantil muy numerosa. La comida se hace a base de un cereal, el Mijo, que es un cereal parecido al trigo y la bebida también se extrae de este cereal. Eso es lo que hay con un poco de carne y un poco de pescado cuando se encuentra.

-¿Cómo es la educación en la zona donde vives?

-Tenemos muy pocos medios materiales, los libros de texto son caros, cuestan 25 euros, casi tanto como una vaca, que suele costar unos 30 euros. Un maestro tiene que atender a unos 70 alumnos y el 80% de las niñas son analfabetas. Nos queda mucho por hacer, pero no nos desanimamos. Lo nuestro es sembrar esperanza entre los más débiles

RD