Los cazadores de escándalos -de algo hay que vivir en este pícaro mundo- ( los cazadores y los empresarios de los medios que les encargan o compran sus productos) andan alborozados porque han descubierto que Juan Pablo II no era un ladrillo. ¡Al seminarista, al cura, al obispo, al cardenal, al papa- que todo eso fue el polaco- se le descubrió una amante!. Es más, parece que fueron varias en su larga vida. ¡Y por lo menos una de ellas era casada! ¡Se han descubierto cartas en las que él le dice “querida amiga” . En base a esa frase la BBC pone el siguiente titular: la "intensa amistad" de 30 años del papa Juan Pablo II con una mujer casada.
Habrá que poner mucha atención en adelante para no tragarse las informaciones y reportajes de la BBC que se precia de ser un medio responsable.
Me produce un profundo sentimiento de desprecio ese tipo de reportajes-denuncias. Por varias razones:
1. Porque suponen que no puede haber amistad entre un clérigo y una mujer.
1. Porque suponen que no puede haber amistad entre un clérigo y una mujer.
2. Porque si la hay, se supone que son pareja.
3. Y si lo son, la esconden a los ojos sociales, y mantienen oculta una relación prohibida.
4. Porque se supone que el clérigo debe ser alguien asexuado, celestial, extático y pasmado.
Reconozco que ha habido casos, y muchos casos, en la historia eclesial en que dan motivo para esas suposiciones. Y buena parte de ellas las han creado los propios clérigosal subirse un par de peldaños por encima del común de los cristianos, haciendo creer que eran seres superiores.
Pero otra buena parte ha sido creación del imaginario popular y devocional que ha ayudado a encumbrar a seres de carne y hueso, lo que incluye también la sexualidad. El clérigo, por serlo- según la pomada que se ha vendido por ambas partes- no pertenece a este mundo.
• Craso error. La vocación para el servicio sacerdotal del pueblo de Dios, no suprime la naturaleza. El cura es una persona con los sentimientos, sensaciones, sensibilidades, afectos, ternuras, dolores, tristezas, pesares, delicadezas y pasiones, que hacen del ser humano alguien que puede gozar, sufrir y crecer, dándole un sentido de aprendizaje a esas experiencias.
• De toda esta escandalera, me alegra recordar que Juan Pablo II era capaz de enamorarse, capaz de sentir nostalgias, capaz de abrazar. ¿Sentir todo eso es antesala directa a la cama? No lo creo. Quien no lo entienda así, es alguien incapaz de ver la belleza de la amistad entre una mujer y un varón, un amistad que puede ser larga en el tiempo, profunda en la intensidad, leal en sus compromisos, respetuosa en sus finalidades, demostrativa en sus manifestaciones.
• Lo digo con conocimiento de causa. Una de las buenas cosas que me han sucedido en mi vida de clérigo ha sido mantener una amistad con esas características, con una damacon la que fuimos papá y mamá en una Navidad para niños huérfanos en una población marginal. Desde entonces, nos reímos con la broma sana de habernos convertido en“esposos virtuales”.
o A los curas nos hace falta humanizar nuestro servicio para que también dejemos de ser ladrillos.
José Agustín Cabré Ruffat, claretiano
El Catalejo del Pepe
El Catalejo del Pepe
RD
Las fotos y cartas que revelan la "intensa amistad" de 30 años del papa Juan Pablo II con una mujer casada
Como muestra esta imagen, Tymieniecka (de espaldas) y Wojtyla fueron juntos de acampada
Foto cedida por Bill y Jadwiga Smith
"Buscaba desde el año pasado una respuesta para estas palabras tuyas: 'te pertenezco'".
"Y finalmente, antes de dejar Polonia, encontré un camino: un escapulario. (Con él demuestro) la dimensión en la que te acepto y te siento en todo tipo de situaciones, cuando estás cerca y cuando estás lejos".
Son palabras escritas por Karol Wojtyla el 10 de septiembre de 1976, dos años antes de ser ordenado Papa y convertirse en Juan Pablo II.
Su destinataria: la filósofa estadounidense de ascendencia polaca Anna-Teresa Tymieniecka, una mujer casada.
Líneas como esa, contenidas en cientos de cartas, revelan la intensa amistad que ambos compartieron por más de 30 años.
Aunque no hay en ellas evidencias de que el sumo pontífice rompiera el voto de celibato.
La BBC tuvo acceso tanto a algunas de las cartas escritas por Juan Pablo II, aunque no pudo ver las escritas por la mujer al futuro Papa.
También existen fotografías que dan testimonio de tal relación.
Faceta poco conocida
Los documentos muestran una faceta poco conocida de Juan Pablo II.
La amistad entre ambos comenzó en 1973, cuando Tymieniecka contactó con el futuro Papa, el cardenal Karol Wojtyla, entonces arzobispo de Cracovia, por un libro de filosofía que él había escrito.
El que sería el líder de la Iglesia católica (derecha) y Tymieniecka mantuvieron una relación de amistad durante tres décadas.
La mujer, que tenía entonces 50 años, viajó de Estados Unidos a Polonia para comentar el texto.
Poco después, ambos empezaron a intercambiar cartas.
El esposo de Tymieniecka era Hendrik Houthakker, un distinguido economista de Harvard que tras el colapso del comunismo aconsejó al Papa sobre economía.
Y en reconocimiento de esos servicios, el sumo pontífice le concedió el título de caballero papal.
El matrimonio tuvo tres hijos.
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