"No existe una figura así en el Derecho Canónico. Es una locura", explica Juan Mari Laboa
Francisco "responde" en la Audiencia invitando a "soportar pacientemente a las personas molestas"
(Cameron Doody/Jesús Bastante).- Órdago del cardenal Raymond Burke al Papa Francisco. Si el Pontífice no rectifica o "aclara" sus "dudas" respecto a las "confusiones" de Amoris laetitia, advierte, los cardenales más ultraconservadores le harán "un acto formal de corrección de un error grave".
Una amenaza que, más que asustar en la Santa Sede, causa cierto estupor. Y es que, según han explicado a RD expertos en Derecho Canónico de España y Roma, Burke se ha lanzado a una piscina sin agua. "No existe una figura así, ni parecida, en el Derecho Canónico. Es una absoluta locura", subraya el historiador Juan Mari Laboa, uno de los mayores expertos en el tema.
En el entorno papal, mientras tanto, se toman con paciencia el enésimo ataque de los cardenales ultraconservadores. El propio Papa, a quien Burke acusa poco menos de ser un hereje, hizo un curioso llamamiento a "soportar pacientemente a las personas molestas" durante la Audiencia de este miércoles.
Como se recordará, Burke y otros tres cardenales rigoristas (Brandmuller, Caffarra y Meisner) hicieron público este lunes una carta al Papa Francisco en la que planteaban cinco "dudas", sobre algunos aspectos de "Amoris Laetitia", relativos al acceso a la comunión de los divorciados vueltos a casar, exigiendo que el Papa les contestara con un "sí" o un "no".
Según los purpurados, la carta fue enviada el 19 de septiembre, pero después de no haber recibido, supuestamente, ninguna contestación a su escrito, decidieron publicar sus preocupaciones acerca de la exhortación apostólica. Algo que, cuando menos, resulta chocante, toda vez que Francisco recibió al propio Burke en audiencia privada el pasado 10 de noviembre.
Inasequible al desaliento, el cardenal norteamericano ha explicado, en una entrevista al National Catholic Register que, si el Papa no responde a la misiva, "haremos frente a esta situación". Para Burke, "existe, en la Tradición de la Iglesia, la práctica de la corrección al Romano Pontífice. Es algo que es claramente bastante raro, pero si no hay respuesta a estas preguntas, entonces yo diría que sería cuestión de hacer un acto formal de corrección de un error grave".
Algo que, como explica Laboa, no es cierto. "No se puede juzgar ni proclamar los errores de un Papa formalmente", explica. "Como cualquier cristiano, puede dar su opinión, y hacerlo en público, pero no pretender que sea ningún 'acto de corrección formal'. ¿Corregir formalmente al Papa? Es una locura", apunta. Lo que sí podría -o debería- hacer Bergoglio, apuntan los expertos, es llamar a los cuatro cardenales y retirarles la birreta, algo que ya hizo en su día el Papa Pío XI.
En la entrevista, Burke explica que, en caso de conflicto entre el Papa y la tradición de la Iglesia, es ésta la que se impone. "Lo que es vinculante es la tradición, y la autoridad eclesial existe sólo en servicio de la tradición", dice el cardenal. "Pienso en ese pasaje de San Pablo en la Carta a los Gálatas (1: 8): 'Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema'".
Para eso, sería necesario que alguien -¿Burke?- declarara la herejía del Papa, en cuyo caso, apunta, "los cardenales tienen la obligación de actuar, y dejar claro que el Papa está enseñando un error y pedirle corregirlo".
Pese a lo que pudieran pretender los cuatro cardenales opuestos al Papa, por el momento no ha habido reacción oficial del Vaticano, ni se la espera. Francisco se reunió este lunes con los jefes de los dicasterios de la Curia romana, pero del encuentro no salió una respuesta a la petición de Burke, Brandmuller, Caffarra y Meisner.
Lo más parecido a una respuesta vino del cardenal electo Kevin Farrell, prefecto del dicasterio para los laicos, la familia y la vida, quien en una entrevista que será publicada mañana en el National Catholic Reporter zanja la cuestión subrayando que "sinceramente, no veo cómo y por qué algunos obispos parecen pensar que tienen que interpretar este documento", tal y como adelanta La Croix. Unas palabras, las de Farrell, similares a las apuntadas por su homólogo Blase Cupich.
Por su parte, el jesuita Antonio Spadaro ha contestado en su perfil de Twitter con las palabras que, en su día, apuntó el cardenal Schönborn, encargado por el mismo Francisco de hacer la presentación oficial de Amoris Laetitia. "Es un acto del magisterio, así que no hagáis la misma pregunta hasta que consigáis la respuesta que queráis", afirma el periodista italiano.
RD
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