En el reino de Cheng un hombre decidió comprar un par de zapatos nuevos. Se midió el pie, pero olvidó la medida en casa y se fue al mercado sin ella. Allá encontró al zapatero. "¡Oh!, me olvidé de traer la medida", dijo, y presuroso regresó a su casa. Cuando volvió al mercado, la feria se había terminado y no pudo comprar los zapatos. "¿Por qué no se los probó?", le preguntó uno de sus vecinos. "Me fío más de la regla", respondió.
De Carlos Vallés
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