Wednesday, March 21, 2007

El Vaticano rehabilita a Judas


Cuenta Iñigo Domínguez en El Correo que la Iglesia se acaba de embarcar en una curiosa operación literaria sin precedentes: prestar a uno de sus mayores expertos bíblicos, el teólogo australiano Francis J. Moloney, para dar un marchamo de legitimidad y erudición oficial a una novela, que sigue la estela del 'Código Da Vinci' de Dan Brown, firmada por el autor de 'best-sellers' británico Jeffrey Archer. Nada menos que 'El Evangelio de Judas' -así, con todas las letras-, un relato de la vida de Jesús «a través de los ojos» del apóstol peor afamado.

Lo más llamativo es que el libro le saca la cara y, con el respaldo de Moloney, rompe los tópicos más consagrados: Judas no habría traicionado a Jesús, no cobró 30 monedas por sus servicios y tampoco se suicidó. Algunos pasajes no son más que ilaciones fantasiosas plausibles, útiles para la novela, pero otros aplican conclusiones comúnmente aceptadas por los teólogos. «Algunos episodios que pueden dejar perplejo son fruto de la ferviente imaginación de Archer, pero todos han sido atentamente examinados a la luz de documentos históricos, ninguno es imposible», explicó ayer Moloney.

El hijo de Judas

Las licencias parten del mismo autor, un supuesto hijo de Judas llamado Benjamín -de hecho el nombre de Archer y Moloney no aparece en la portada-, que resume la historia de Jesús que le ha contado su padre antes de morir. El libro, puesto a la venta ayer en ocho lenguas y publicado en España por la editorial Umbriel, es una iniciativa individual de Moloney, pero él y otro sacerdote, Stephen Pisano, rector de la facultad de Sagrada Escritura del Pontificio Instituto Bíblico de Roma (PIB), lo presentaron ayer con Lord Archer, creyente declarado, en la capital italiana.

La Iglesia, así, avala el experimento. De este modo, entra en la pelea y el mercado con las mismas armas que sus adversarios, pero asegurándose del control y la idoneidad del producto. Como hizo el Opus Dei al intentar aprovechar a su favor la publicidad del libro de Brown, el Vaticano ha pensado que, de alguna manera, la moda de estas lecturas le abren un campo de acción y que es mejor estar en él. La idea es que el lector, al final, acabe por tener interés en los evangelios de verdad y que termine por leerlos.

La justificación de Moloney a su presencia en el proyecto es exactamente ésa, y así lo explicó ayer tras subrayar que el libro «no traiciona la enseñanza de Jesucristo» ni tiene nada que ver con las novelas surgidas a rebufo del denominado 'evangelio de Judas', el manuscrito copto del siglo III hallado en 1997 y puesto de moda otra vez por un reportaje de National Geographic. «Quería llegar al gran público, no sólo al círculo restringido que lee mis trabajos. ¿Tenemos que permitir que el mensaje de Jesús sea trivializado, como en el libro de Brown, o ridiculizado, como en el de Richard Dawkins?», se preguntó.

Moloney se refiere en este último caso al libro 'El espejismo de Dios', una refutación de la religión publicada el año pasado. En el mismo sentido explicó su presencia Pisano: «Estar aquí no implica que el PIB, el Vaticano o el Papa apoyen este libro de algún modo, sólo queremos abrir un foro para una discusión académica (...), nos preocupa la Biblia en sí, y si la discusión anima a la gente a leerla, atenta e inteligentemente, la presentación está justificada».

Consejo de Martini

El libro fue una idea de Archer que, interesado en la figura de Judas, quiso hacer algo serio con la ayuda de un experto. Acabó pidiendo consejo al cardenal Carlo María Martini, ex-arzobispo de Milán, antiguo rector del PIB y una de las figuras más respetadas de la Iglesia, que le indicó a Moloney. El sacerdote le citó en Roma a principios de 2006 y se vieron en el restaurante 'Los dos ladrones', todo un presagio. Moloney aceptó colaborar con dos condiciones: el relato no contendría nada que no pudiera haber sucedido realmente y él tendría la última palabra. Archer aceptó.

Este curioso acuerdo ha dado como fruto un híbrido de resultados imprevisibles. Está claro que a la Iglesia le interesa el aspecto didáctico: está escrito como los evangelios, tiene una extensión similar y se remite constantemente a ellos, con notas a los márgenes. Al final hay un glosario de conceptos que permite a Moloney ofrecer al lector pildoritas de datos teológicos e históricos.

Los autores aseguran que a varios prelados les ha gustado el libro. ¿Y el Papa, lo ha leído? «Tengo la fuerte sospecha de que sí», contestó ayer Moloney, que le conoce bien. A Benedicto XVI le interesa mucho el tema. Lo dijo el pasado 18 de octubre: «Comprender la vida de Judas significa comprender aspectos decisivos del misterio de la relación entre el hombre y Dios».
Borges imaginó en un cuento que Judas era, en realidad y en secreto, el auténtico Salvador, porque tuvo el peor castigo al pasar a la historia como el mayor miserable de la humanidad. 'El Evangelio de Judas' no llega a tanto, pero sí le lava la cara después de 2000 años.

Una historia contada por el hijo de Judas

La novela utiliza la fantasía para relatar la historia de Judas: no murió, sino que se retiró a una colonia esenia, donde se hallaron los famosos manuscritos del Mar Muerto, y allí fue crucificado por los romanos, un relato contado por un supuesto hijo. Sin embargo, a través de esta invención, el texto desliza tesis respaldadas por el estudioso Moloney. En su opinión, los cuatro evangelios «podrían no hacer justicia» a Judas y demonizaron su figura porque la Iglesia primitiva quería explicar su gran error.

Judas no recibió nunca las 30 monedas de plata

«Ningún estudioso del Nuevo Testamento que se precie está de acuerdo con esto», sentencia Moloney. Sólo el evangelio de Mateo habla de ello y este teólogo opina que su autor se limitó a copiar el de San Marcos y «adornarlo». Para dar fuerza a la traición y «porque no podía aceptar que Jesús hubiera sido vendido con tanta facilidad», recurrió a profecías de Zacarías y Jeremías sobre las treinta monedas.

No se suicidó

De nuevo, sólo el evangelio de Mateo habla de ello. Lo más probable, dice Maloney, «es que sea otro intento de manchar la reputación de Judas a la luz de las predicciones del Antiguo Testamento, pero que en realidad el suicidio no ocurriera».

No quiso traicionar a Jesús, pero fue engañado

La hipótesis literaria del libro, posible para Maloney, es que Judas no quería entregar a Jesús, sino convencerlo para volver a Galilea, un lugar más seguro y evitar su muerte. Judas habría sido engañado por el sanedrín para colaborar en su captura. Judas no creía que fuera el Mesías, pero sí un líder liberador de los judíos contra los romanos.

Jesús no caminó en el agua ni convirtió el agua en vino

Moloney opina que son episodios introducidos por los primeros cristianos, «para demostrar que no sólo Jehová, el Dios de Israel, era Señor de los mares y la naturaleza». Casi todos los estudiosos sí admiten milagros como exorcismos o curación de enfermos.
Fuente: El Periodista Digital

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