Friday, March 16, 2007

Cuaresma: SENEGAL




Binta y la gran idea

Mi padre se llama Sabu Diatta y es pescador. Souleyman, un amigo de mi padre, le contó que en Europa son capaces de capturar toneladas de peces con mucho menos esfuerzo, y que un solo tubab puede pescar en un solo día más peces de los que mi padre podría comer en toda su vida. Dice que Dios les dio la técnica y el cerebro para construir grandes inventos. Que esa gente sabe lo que se hace y que tendríamos que aprender la lección. Mi Padre está de acuerdo en que debemos pensar en el progreso. Mi madre dice que mi padre tiene pájaros en la cabeza. Yo creo que por eso es tan bueno.


Aminata Kamara es mi madre. Mi madre trabaja en los arrozales junto a las otras mamás. Cada una tiene su trozo de tierra pero trabajan en asociación porque les gusta ayudarse y sobre todo les gusta estar juntas.


Mi padre ha tenido una gran idea y me ha pedido que escriba la carta por él.
Me he enterado de los asombrosos acontecimientos que suceden en el mundo de los tubab. Me estoy refiriendo por ejemplo, a los grandes ingenios que les permite extraer el máximo de lo que la tierra nos ofrece…


Mi padre también supo que los tubab, gracias a la increíble cantidad de peces que son capaces de coger, obtienen tantos beneficios que ya no necesitan preocuparse los unos de los otros.
Hubo una tercera cosa que Souleyman contó a mi padre sobre el progreso en el mundo de los tubab: “…Y toda esa riqueza les permite además tener las armas para luchar contra el miedo a perder su riqueza. Mira Francia, por ejemplo, tienen la bomba atómica. Más progreso ya no se puede tener.”


Mi padre cree que nosotros tendríamos que hacer algo también. Yo creo que ese fue el momento exacto en el que mi padre tuvo la gran idea. Y así fue como terminó llegando con su carta a la prefectura de Bignona la capital de nuestra provincia:


…Por todo ello, y comprendiendo que si seguimos el camino que el primer mundo nos marca correremos el riesgo de que los hijos de nuestros hijos se queden sin peces, sin árboles, sin aire… Que el afán de acumular bienes, nos lleve a perder el sentimiento de solidaridad y que el miedo a perder las riquezas acumuladas…nos lleve a destruirnos entre nosotros, por todo ello me veo en la obligación de aportar mi pequeño grano de arena…


El prefecto le dijo a mi padre que la propuesta era muy interesante pero que escapaba a su competencia. Y fue por eso que le recomendó hablar con el gobernador de la región.
En Ziguinchor, la capital de la región, el señor gobernador en persona acogió, “porqué no” la gran idea que yo había escrito para mi padre en aquella carta:


…Por todo ello me veo en la obligación de aportar mi pequeño grano de arena y hacer algo para evitar el desastre. Es por esta razón, que solicito iniciar los trámites de adopción de un niño tubab. Ya destetado, a ser posible, para que pueda aquí desarrollarse como persona y adquirir los conocimientos necesarios para ser feliz en nuestra humilde comunidad. Así ese niño, cuando sea hombre, podrá contribuir al progreso de la humanidad que tanto nos preocupa a todos nosotros.


Mi padre dice que todos los niños del mundo tienen el derecho a educarse en un espíritu de amistad, de tolerancia, de paz y de fraternidad. Todos los niños. Incluso los tubab.
“Binta y la gran idea.” Javier Fesser.


Ampliando miras: EL PROGRESO DE LOS TUBAB


En la película "Binta y la gran idea" -recientemente nominada para el Oscar- Javier Fesser nos hace reflexionar sobre la doble cara del progreso. Los beneficios que aportan un buen sistema de pesca o una buena red de carreteras son indiscutibles, pero este mismo progreso viene acompañado de un sistema de valores que pocas veces mejora el ya existente.


Sabu Diata, analfabeto, habitante de un recóndito pueblo de Senegal, se ha dado cuenta de ello.


Gesto para hoy:


Busca gestos que sustituyan el avance tecnológico por calidad humana: no utilices el móvil, utiliza el trasporte público; escribe una carta en papel en vez de un correo electrónico...



Oración:


Corremos, Señor, detrás de tener cada vez más;
en ello ponemos nuestra felicidad.

Pero eso nos hace insolidarios, miedosos, violentos…

Y se nos olvidan cosas tan importantes como la amistad,

la tolerancia, la generosidad y la paz.

¡No nos dejes caer en esa tentación!

Amén.




Más información de Senegal, aquí


Fuente: Ágora Marianista

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