Meditando con los santos y beatos del día: B. JUNÍPERO SERRA

Hoy, 28 de agosto, la Iglesia conmemora al BEATO JUNÍPERO SERRA - Miguel José, nombre de familia - quien muriera santamente en un día como hoy del año 1784 en Monterrey, México. Nacido en el año 1713 en el pueblo de Petra, en Mallorca, España, fue el fundador de 9 misiones en California y es considerado el padre de los indios. El Papa Juan Pablo II, en el año 1988 le dio el honor de los altares declarándolo Beato

Hoy también la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SAN AGUSTÍN DE HIPONA, quien muriera en un día como hoy del año 430 en Hipona, Numidia, hoy Argelia, en frica. Oriundo de la ciudad de Tagaste, Argelia, en el año 354, fue Obispo de Hipona y fundador de la Orden de los Agustinos. Muchos institutos masculinos y femeninos llevan la espiritualidad que él dejó en su famosa "regla". La Iglesia lo ha considerado entre sus santos e inscripto en el Martirologio Romano. En 1294 el Papa Bonifacio VIII lo declaró Gran Doctor de la Iglesia de Occidente, junto con San Ambrosio, San Jerónimo y San Gregorio Magno, en su bula 'Gloriosus Dei". Sus restos se veneran en la Iglesia de San Pedro en Ciel D'oro en Pavia, Italia Unidos, pues, a la Iglesia de frica y México, brindemos nuestro vivo aplauso a San Agustín y al Beato Junípero Serra.


Meditación

QUERIDO JUNÍPERO, cuéntanos como fue la aventura de tu vida. Nací en una modesta familia de canteros y agricultores, donde fui creciendo más bien débil y enfermizo. Ya desde pequeño, me orienté hacia los franciscanos y aprendí las Florecillas de San Francisco de memoria. En ellas conocí la atractiva figura de Fray Junípero, de quien admiraba la sencillez. En 1730, pedí el ingreso en la orden de los Franciscanos y cuando hice la profesión religiosa, decidí tomar el nombre de Junípero. Desde ese momento se me pasaron todos los males... Pase 18 años en el Convento de San Francisco de Palma, donde concluí mis estudios de filosofía y teología. A mis actividades académicas uní el misterio de la predicación, llevando la Palabra Divina a muchas partes de la Isla. Pero sentía en mi corazón una llamada al apostolado, y fue así que, junto con mi amigo y discípulo Francisco Palou, nos embarcamos hacia América. Llegamos así a Veracruz y nos encaminamos hacia Ciudad del México. Después de 5 meses de preparación, partí hacia Sierra Gorda donde comencé mi predicación entre los indios y más tarde fui nombrado presidente de las 5 misiones de la Sierra. Decidí entonces continuar mi misión y partir nuevamente con mis compañeros. En el arco de 15 años, realicé un intenso apostolado en la baja y alta California, soportando mi enfermedad y las duras condiciones de viaje. Y al fin, me retiré al Carmelo, donde realicé la ofrenda de mi vida, en Monterrey, con toda humildad.

Radio Vaticano