Sunday, August 09, 2009

La homilía de Betania: VIDA ETERNA CON JESÚS

Por José María Martín OSA

1.- Perseguido a causa de su fidelidad a Dios. Unos 900 años antes de Cristo vivió uno de los “hombres de Dios” más conocidos de la historia de la Salvación: Elías. Fue el “luchador” de Dios para defender al pueblo de Israel de la idolatría en que había caído siguiendo al rey Ajab –y sobre todo a su esposa Jezabel. Elías tuvo que huir. Esta es también nuestra historia de cristianos (cuando de verdad somos cristianos); es nuestra historia de evangelizadores: somos rechazados, perseguidos, ridiculizados…. En la superficie de la historia la mentira le gana a la verdad, la injusticia a la justicia, los poderes del mundo están contra Dios y –en definitiva- contra el hombre. Elías quiere caminar hacia la montaña de Dios, pero el camino es difícil. Se agota. Se duerme en el desierto. Está lleno de miedo, angustiado, perplejo ¡hasta se desea la muerte!



2. - También es así nuestra historia personal: queremos ser fieles, caminar en la dirección de Dios, pero el camino es difícil, duro. Nos agotamos. Siempre es actual el pasaje del Profeta Elías, pero parecería que en el aquí y ahora de cada uno lo fuera particularmente. Tenemos miedos, angustias. Estamos perplejos, a veces, para atrás no podemos volver, para adelante parecería que sólo nos espera el desierto. Las “seguridades” que teníamos se van perdiendo o se perdieron… Elías fue despertado, sacudido, puesto en la realidad de la vida por un ángel: “levántate y come”. Comió. Volvió a querer evadirse de la realidad por el sueño. Otra vez el ángel lo despertó: “levántate y come porque el camino es demasiado largo para ti…” El ángel le reveló su alimento. Nuestra historia es mucho más extraordinaria: la revelación del alimento de Dios nos la trajo el mismo Jesús (más que un ángel: Dios) Yo soy el pan de la vida…” (Jn 6, 32-34)



3.- Estamos llamados a saborear la vida eterna. El domingo pasado, escuchábamos que los judíos estaban entusiasmados por la revelación hecha por Jesús a cerca del pan de vida dado por el Padre, quien dice: "Señor, danos siempre de este pan." (Jn. 6:34) Hoy, nosotros vemos que ésta situación ha cambiado: algunos judíos están haciéndose preguntas, quizás legitimas, acerca del origen de Jesús. De hecho, Jesús había afirmado: "Yo soy el pan de vida; el que viene a mi no tendrá hambre, y el que crea en mi nunca tendrá sed." Esta afirmación había asustado algunos, y por eso ellos protestaron, diciendo: "¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?" Nosotros también negamos en muchas ocasiones a Jesús y dudamos de El. No dejamos que El entre y transforme nuestra vida.


Nos refugiamos en otras seguridades más inmediatas. Nos perdemos entonces el alimento que da la vida que nunca se acaba. Sin embargo, la Vida eterna está a nuestro alcance: esta aquí, en la Eucaristía que estamos celebrando. Jesús sólo nos pide una cosa: que creamos en Él con amor y esperanza! Si lo hacemos así, daremos vida al mundo con nuestro compromiso transformador de la realidad pecadora que nos rodea.

No comments: