Monday, August 31, 2009

Terrazas: "Construir una Bolivia llena de inteligencia y sabiduría"


Santa Cruz, Bolivia (RD/Patricio Downes).- En su homilía dominical el cardenal Julio Terrazas pidió a los creyentes bolivianos de los llanos, de las alturas, del altiplano y del bosque cumplir la ley del Señor y forjar una "patria llena de inteligencia y sabiduría", en su homilía dominical distribuida por el sitio católico independiene Infodecom. "Quienes creemos en el Señor tenemos que pensar en esto: Cumplamos la ley del Señor! es una ley que nos lleva a la libertad, es una ley que entra justamente para poder acercarnos los unos a los otros, sin renegar de nuestro Dios, sino estar felices y contentos de que El está con nosotros, sólo así podríamos forjar una Patria llena de inteligencia y de sabiduría y sólo así los pueblos vecinos podrían decirnos qué sabia y entendida es esta gran nación de Bolivia. Esta es la primera aplicación que tendríamos que hacer de esta lectura extraordinaria en que se nos recuerda lo que hizo Moisés", dijo.

En una referencia a la actualidad social y política de Bolivia, en medio de fricciones entre la Iglesia y el sector que lidera el presidente Evo Morales, los cristianos no deben dejarse manchar por "tantas insolencias y estupideces que se dicen a cada rato".

"Nada de lo que entra en la persona, mancha, dice el Señor. Lo que mancha es lo que sale de la persona, lo que sale del corazón. El Señor lo está diciendo a sus discípulos para que sean mejores y a su pueblo para que nadie lo engañe. En el corazón brotan las malas intenciones, la avaricia, las maldades, el libertinaje, la envidia, la injuria, la insolencia y la estupidez", explicó el cardenal Terrazas Sandoval, arzobispo de Santa Cruz de la Sierra

Remarcó que "cuando vemos tantas insolencias y estupideces que se dicen a cada rato, nosotros los cristianos tenemos que cuidarnos, porque si todo eso lo tragamos, eso sí que nos va a manchar y va manchar nuestro corazón y por ser un corazón donde habita Dios, tiene que ser un corazón constructor de la verdad, constructor del amor, constructor de la justicia. Mensaje muy actual, que a nosotros nos toca reconocer y pedirle al Señor que nos ilumine para saber de dónde viene todo esto".

Asimismo afirmo que "la ley del Señor es para tener libertad, amar a Dios, amar al prójimo; amar al prójimo en la familia, en la sociedad, allí donde se encuentren; respetar a los otros y respetar los bienes de los otros. Todo esto está en los diez mandamientos, es algo sencillo pero es exigente, ponernos delante de Dios, como le pedía Moisés a su pueblo: 'Reflexionen: no me cambien absolutamente nada, ni quiten, ni aumenten' porque cuando se quita, se quita lo que molesta y el Señor no ha dado leyes para molestar, es para animarnos, para que caminemos en libertad, o se aumenta para esquivar la responsabilidad buscándonos leyes un poquito más ligeras, esas leyes que se pueden pisotear a cada rato y que nadie tiene escrúpulo para lanzarlas y después quitarlas".

"El Apóstol Santiago nos recuerda en su carta: “Todo lo que es bueno y perfecto viene de arriba, viene de Dios” Ahí está, queridos hermanos, es a ese Dios que tenemos que darle ese espacio para que se produzca lo bueno, lo noble, lo grande que necesitamos con urgencia, para hacer de este espacio un espacio de vida, un espacio en el que podamos dejar que Señor vaya cambiándonos, ayudándonos a ser mejores, todos no sólo uno o dos, no sólo un pequeño grupo de buenos y una mayoría de malos. Tenemos que dejar que Dios entre en nuestra vida, El es el que nos da la vida y nos da la vida por su palabra, acepten su palabra, nos dice Santiago”, remarcó.

Finalizo, explicando que “Estamos pues, en esta Misión Permanente, que esta palabra nos llegue como a discípulos, que lleguemos a aprender cada vez más como misioneros que quieren llevar todo esto, que llegue también esta palabra a nuestros sacerdotes, para que ellos se conviertan en los guías seguros de nuestros pueblos, para que sean esos Moisés que necesitamos ahora, que recuerden la palabra de Dios, sin retacearla, sin cortarla y sin aumentar cosas que a veces la vanidad de muchos de los otros va poniendo en lugar de la ley del Señor”.

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