Las meditaciones han sido escritas por presos y trabajadores de la cárcel ‘Due Palazzi’ de Padua
Un condenado a cadena perpetua, un sacerdote acusado falsamente de pederastia, la madre de un joven encarcelado y un agente penitenciario son algunos de los autores de las meditaciones para el Vía Crucis del Vaticano presidido por el Papa, pero que en esta ocasión, por la pandemia del Covid-19, no se celebrará en el Coliseo como se hace tradicionalmente, sino en una vacía plaza de San Pedro el viernes 10 de abril a las 21:00 horas.
“Hay cinco detenidos, uno de ellos condenado a cadena perpetua; una familia destrozada por un homicidio, cuya hija fue masacrada; la madre de un chico detenido; un magistrado del departamento de vigilancia penitenciaria; un agente de policía de prisiones; un voluntario; un sacerdote que durante ocho años ha sido falsamente acusado de haber cometido violencia sexual contra menores de edad y que finalmente ha sido declarado inocente por la justicia; la historia de una catequista y la de un monje que desde hace cincuenta años trabaja en las cárceles y ha sido el primero que ha abierto el camino de la Iglesia en los centros penitenciarios en Italia”, ha explicado, en entrevista con Europa Press, Marco Pozza, capellán de la cárcel de la ciudad italiana de Padua ‘Due Palazzi’, encargada este año de redactar las meditaciones.
El confiar estas reflexiones del Viernes Santo a personas que tuvieran relación con esta cárcel italiana fue iniciativa de Francisco. “Fue su idea y nació de un gesto espontáneo. El Papa está convencido de que el centro de la Iglesia se entiende mejor si se mira desde la periferia”, ha dicho Pozza, quien ha subrayado también que el Santo Padre pretendía que quedase reflejado todo el conjunto de lo que es la prisión. “Hemos creado una sinfonía de voces”, ha aclarado.
Cambios en las celebraciones
En este sentido, ha revelado las historias que se muestran son representativas de la realidad de quien trabaja dentro de la cárcel. “Está representada la dirección de la cárcel, la magistratura, el personal penitenciario, los policías, los voluntarios, la parroquia y las personas que están detenidas. Es como si hubiéramos abierto las puertas de casa y presentáramos los que viven dentro”, ha concluido.
Las celebraciones Litúrgicas de Semana Santa se desarrollarán por primera vez sin fierles y en lugares cerrados para evitar el avance del contagio del coronavirus. La procesión del Domingo de Ramos ha sido cancelada, pero Francisco presidirá la eucaristía de la Pasión del Señor en la basílica vaticana. Asimismo, se aplaza la misa crismal hasta que finalice el confinamiento y el Papa no acudirá a una cárcel, como otros años, para el lavatorio de pies. Todas ellas las podrás seguir desde Vida Nueva Digital y, por supuesto de este blog.
Vida Nueva
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