Sunday, March 02, 2008

Homilía del Evangelio de hoy: SEAMOS LUZ

Por José María Maruri, SJ


1.- Este es un invidente molesto. Es decir, mientras se quedó en su puesto de invidente pasó desapercibido, como debe ser. Pero cuando se le ocurrió empezar a ver, no hace más que crear problemas a los fieles practicantes, a sus propios padres… Bueno, yo creo que él mismo, traído y llevado de interrogatorio a interrogatorio y malamente expulsado de la Sinagoga, empezaría a pensar que en medio de todo no había vivido mal en el anonimato de su invidencia.


Las molestias que este invidente causa a su alrededor no son los de un intelectualoide hinchado de ciencia, que sabe que sabe y cree que cree. Nuestro invidente no sabe nada: “no sé quien es el que me ha curado”. Continúa su camino hacia Dios barruntando que tiene que ser un profeta y que viene de Dios. Y no acaba sabiendo que sabe, sino en un “creo Señor” salido del corazón. Recobró la vista de los ojos y la vista del corazón.


“He venido para que los que no ven vean y los que ven no vean” Porque es tremendo ver, estar cierto, estar firmemente seguro como aquellos fariseos, para los que la ley es la norma suprema que mide todo y enjuicia todo. Y por tanto Jesús que cura a un ciego en sábado no puede venir de Dios. Ante todo la ley, la norma, la costumbre, lo que se ha hecho siempre, aunque en esa trama rígida estrecha muera el corazón, agonice la misericordia y sea crucificado, el mismo Dios que si quiso venir al mundo debió pedirles permiso a ellos, que conocen la Escritura de memoria.

Ciegos con los ojos abiertos, tinieblas incapaces de recibir la luz, no sólo eso… tinieblas que tratarán de ahogar la luz, como dice San Juan. Ve el ciego en su sencillez y no ven los que ven en su soberbia. ¿No seremos nosotros de los que vemos y creemos que creemos?



2.- “Mientras yo estoy en el mundo Yo soy la luz del mundo. Ese “mientras” es un misterio. ¿Es que cuando Jesús nos deje todo va a volver a las tinieblas? ¿Aquellas tinieblas que cubrirán la tierra el Viernes Santo a la muerte del Señor, son barrunto de que con Él se va la luz de este mundo? ¿No hay una lógica conexión entre estas palabras y aquellas otras del Señor: “Vosotros sois la luz del mundo”? Mientras yo esté aquí yo soy la luz, pero cuando yo me vaya seréis vosotros la luz del mundo.



3.- En medio de esta sociedad envuelta en tinieblas de hipocresía y mentira, tinieblas de codicia y drogadicción, tinieblas de corrupción y desenfreno sexual, ahí debemos ser cada uno de nosotros luz. No basta la denuncia, no basta lamentarse, porque más vale encender una cerilla que quejarse de la oscuridad.

--Seamos luz del ciego que tantea las tinieblas buscando un Dios que barrunta, aunque no ve.

--Seamos luz que lleve consuelo a las tristezas del enfermo, del anciano, de la viuda, del moribundo

--Seamos luz que purifique como el sol los ambientes enrarecidos por lo impuro, por la chabacanería sexual, por la denigrante esclavitud de la mujer.

--Seamos luz de esperanza para niños y jóvenes a los que amenaza engullir como monstruo sangriento esa tiniebla luminosa del placer, del dinero sin esfuerzo, del egoísmo brutal, de la mentira por norma.


Nosotros debemos ser luz del mundo mientras estamos en el mundo.

De Betania

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