Monday, May 26, 2008

Meditando con los santos y beatos del día: S. MARÍA ANA DE JESS PAREDES Y FLORES


Hoy, 26 de Mayo, la iglesia de América latina conmemora el nacimiento para el cielo de SANTA MARÍA ANA DE JESS DE PAREDES Y FLORES, en el aniversario de su santa muerte ocurrida en un día como hoy de 1645 en la ciudad de Quito, Ecuador. Nacida en 1618 en esta ciudad, fue laica. En 1950 el Papa Pío XII la proclamó Santa, siendo la primera santa ecuatoriana. Sus restos descansan en la Iglesia de los Padres jesuitas de Quito. Unidos pues a la iglesia del Ecuador, celebremos con gran gozo la fiesta de Santa María Ana de Jesús Paredes.


Meditación


QUERIDA MARÍA ANA DE JESS: Siendo aún muy niña pusiste tu meta de una entrega definitiva a Dios. Con solo 8 años haces voto de castidad y a los diez, los de pobreza y obediencia. A los doce años intentas huir del hogar hacia las montañas para vivir como ermitaña, luego deseas ingresar a una comunidad religiosa, pero finalmente comprendes que es en tu misma ciudad natal en donde Dios quiere que te santifiques. Vas a vivir a la casa de tu hermana, y en medio de la mayor pobreza y las más duras mortificaciones, llevas aquí una vida de estilo eremita. Ayuno riguroso, abstención de agua aún en los días más calurosos, ropa burda, dormir poco y sobre un lecho con guijarros. Largas horas de adoración. Fue en este retiro personal familiar donde Dios fue derramando sobre ti signos visibles de su amor. Inicias un intenso apostolado caritativo y la gente veía en ti la bondad y belleza de Dios. Tus ayunos y duras penitencias no afectaron en nada tu espíritu siempre alegre. Componías canciones que las acompañabas con la guitarra y el clavecín. Pero sí fueron afectando seriamente tu salud. La fiebre te subía tanto que tenían que hacerte sangrías. Dicen que en el lugar en donde vertían tu sangre, brotó una hermosa azucena lo que dio origen a tu conocido apodo: "La Azucena de Quito". Pero fue en 1645 cuando pasaste tu prueba de santidad. Tu país estaba siendo golpeado por fuertes terremotos y pestes y tu comprendes en ese momento que ha llegado tu hora. El cuarto Domingo de Cuaresma, suplicas a Dios que libre a la ciudad de tantas calamidades y, en cambio, tome lo más precioso y único que tienes: Tu propia vida. Esa misma noche caes enferma y dos meses más tarde la flor de tu vida volaba hacia el Señor, con solo 26 años de edad. Quito se vio libre de todas esas calamidades. "Azucena de Quito", gracias por el perfume que sigues exhalando a tu país y a toda la Iglesia.

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