“Abba” que significa papá, es una de las palabras hebreas que todos debemos haber escuchado, no sólo en el nombre de un grupo sueco de música pop, sino que en la carta de San Pablo a los romanos: “El Espíritu que vosotros habéis recibido es el espíritu de los niños, y nos hace llamarlo “Abba! Padre!". (Romanos 8:26)
Hay momentos en que nos sentimos perdidos, y creemos que a nadie le importa si estamos vivos o muertos. Nos cuesta rezar, y nos sentimos derrotados por nuestra debilidad. San Pablo habla sobre el tema: “El Espíritu nos ayuda frente a nuestra debilidad; cuando no encontramos las palabras adecuadas para orar, el mismo Espíritu expresa a Dios, en una forma imposible de ponerla en palabras, lo que deseamos rezarle; Dios, que conoce bien nuestros corazones, sabe perfectamente lo que deseamos.” (Romanos, 8:26).
En nuestra vejez, como cuando enfermamos, la oración no nos resulta fácil, y las palabras de San Pablo resultan de la mayor importancia. Tenemos un lugar en la mente de Dios, conoce nuestros corazones y existe un canal de comunicación entre el Espíritu Santo en nosotros, y Dios en el cielo. Cuando oramos, debemos tratar de sintonizarnos con ese canal.
Espacio Sagrado
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