Friday, June 13, 2008

«¡Qué honor, qué honor, qué honor!»

El Papa recibe a Bush entre rumores sobre su eventual conversión al catolicismo
El presidente de EE UU, George W. Bush, ha llegado hoy al Vaticano para entrevistarse con Benedicto XVI, la tercera vez que se reúne con el Papa y con la que concluye su visita a Roma, tras reunirse con el primer ministro, Silvio Berlusconi, y antes de viajar en las próximas horas a París.

Bush ha llegado al Vaticano a las 10.50 horas (08.50 GMT) en medio de fuertes medidas de seguridad y ha entrado en el pequeño Estado a través del Arco de las Campanas, tras atravesar la plaza de San Pedro. Decenas de carabineros y policías antidisturbios custodiaban la plaza vaticana y la vía de la Conciliazione, la amplia calle que une el Vaticano con Roma. La basílica de San Pedro ha sido cerrada a los turistas.
Bush acude a la cita con el Papa acompañado de su esposa, Laura, y un séquito del que formaba parte la embajadora de EE UU ante la Santa Sede, Mary Ann Glendon. “Es un honor, es un honor”, ha dicho Bush al Papa antes de entrar en la Torre de San Juan, donde mantendrán un coloquio privado.
Este encuentro llega dos meses después de que la visita de Benedicto XVI a EE UU. Las relaciones entre la Administración estadounidense y el Vaticano han mejorado después de la oposición que mostró Juan Pablo II a la guerra de Irak. Benedicto XVI y Bush han compartido un discurso similar en cuestiones como el aborto, los matrimonios homosexuales y la investigación con células madre.
El presidente estadounidense, George Bush, fue recibido este viernes por el papa Benedicto XVI en los bucólicos jardines del Vaticano, al lado de la torre medieval de San Juan, donde tenían previsto celebrar su tercera entrevista en el ejercicio de sus cargos.
El pontífice le rindió un tratamiento particular, ya que lo recibió al aire libre, frente a la torre, un gesto especial y único. El Papa recibió de pie y sonriente al presidente estadounidense, quien estaba acompañado por su esposa Laura, rigurosamente vestida de negro, como exige el protocolo de la Santa Sede.
"¡Qué honor, qué honor, qué honor!, fueron las palabras que Bush dirigió al jefe de la Iglesia católica antes de saludarlo con un apretón de manos. Las cálidas relaciones entre Bush y el papa alemán contrastan con las difíciles relaciones mantenidas con su antecesor, Juan Pablo II, quien se opuso con todas sus fuerzas a la guerra en Irak.
El Papa, que suele recibir a sus huéspedes en la biblioteca privada del palacio apostólico, rompió el habitual protocolo, lo que obligó a los agentes de seguridad del Vaticano a tomar medidas excepcionales y prever un grupo de francotiradores en la cúpula de San Pedro.
Con ese recibimiento especial, el Papa quiere agradecerle las atenciones recibidas durante el reciente viaje pontificio a Estados Unidos, en abril pasado. La prensa italiana especulaba de su lado sobre la posible conversión al catolicismo del mandatario estadounidense al término de su mandato presidencial en enero del 2009, debido a su admiración incondicional por el papa Benedicto XVI
Bush seguiría así el ejemplo del ex primer ministro inglés Tony Blair, quien se convirtió al catolicismo tras dejar el encargo. El presidente de EEUU, quien llegó la noche del lunes a Eslovenia, donde inició su gira de despedida por el viejo continente antes de concluir su mandato en enero de 2009, viajará este mismo viernes a París.
Al término de la reunión, que duró alrededor de media hora, el Papa mostró la espléndida vista de Roma que ofrece la Torre de San Juan. Después descendieron para pasear largamente por los Jardines Vaticanos en un recorrido que fue registrado y emitido directamente por las cámaras de televisión.
Ambos líderes pudieron pasear con calma en medio de la espléndida vegetación de los Jardines e incluso se pararon en algunos lugares simbólicos, como la Campana del Jubileo del 2000, donde el Papa ofreció a Bush algunas explicaciones.
Finalmente llegaron a la gruta de la Virgen de Lourdes, donde se sentaron y escucharon dos piezas musicales interpretadas por las voces blancas del Coro de la Capilla Sixtina. Al finalizar, se hicieron una foto delante de la gruta y saludaron a los niños cantores.
Bush regaló al Papa una fotografía con autógrafo y un álbum con fotos de la visita que el Papa realizó a Estados Unidos el pasado mes de abril. Por su parte, el Pontífice, que también le dio una fotografía con autógrafo, le regaló cuatro volúmenes sobre la Basílica de San Pedro. Según explicó hace unos días el director de la sala de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, el insólito recibimiento ofrecido por el Papa al presidente Bush responde a la calurosa acogida que éste le ofreció hace dos meses, con ocasión del viaje del Santo Padre a Estados Unidos.
La visita a la Casa Blanca coincidió con el cumpleaños de Benedicto XVI, el 16 de abril, por lo que, además del solemne recibimiento oficial, el matrimonio Bush homenajeó al Pontífice con una calurosa fiesta de cumpleaños.
El Periodista Digital

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