A raíz del concurso "Miss Monja"
Antonio, hijo: te has pasado. Menos mal que venías en la última página del periòdico de esta mañana del 26 de agosto. ¡Que calor, hijo! Menos mal también que te habían metido en la última columna del “Mundo”. La de cierre, la que va encima de ese anuncio de telefònica en que se nos dice que nos apuntemos a su servicio porque pagaremos por èl la mitad de lo que pagarìamos en otra empresa. Menos mal todo esto. Porque te insisto, Antonio, hijo, que te has pasado todos los pueblos que te han salido al paso.
Ya sabes: lo digo por lo que que dices acerca de “un tal Antonio Rungo -dicen que teólogo,italiano”, o sea, que no lo sabes- que parece que se ha sacado de la manga un concurso de bellezas claustrales: monjas guapas que presenten su candidatura ingenua y divertida a ser votada no sólo como la más guapa del convento, sino tambièn como la más p¡ntona de todas las comunidades de consagradas al Señor. No has querido ver lo que el asunto tiene de pasota. Ni siquiera te has dignado copiar las bases del concurso para ver còmo està convenido y a qué modelos de bellezas aspira. Te has saltado a la torera lo que el concurso debe tener de tomadura de pelo -te admito que lo es- y te has puesto solemnemente a manosear tres o cuatro consideraciones.
La primera es que afirmas que esto es un intento de estrategia de la Iglesia -así de importante es la cosa- para no perder comba en la notoriedad mediàtica de nuestro tiempo. Como si la ocurrencia -supongamos que sea eso- de un “teólogo italiano” fuera una toma de postura del Vaticano II tras sus reflexivas reuniones y anàlisis de la actualidad eclesial. Lo segundo es que echas mano de algo tan sagrado -estèticamente sagrado-como es, por ejemplo la poesìa de san Juan de la Cruz. De la que dices la mamonada de que es “un barniz divino dado a la orgía encubierta de los versos y todos quedaban contentos:la amante, el amado y el sacristán”. ¡Qué estúpido valor el tuyo, Antonio Lucas. Fray Juan y Santa Teresa -escribìas en el día de una de las fiestas más hermosas de la Santa- imaginas torpemente tú que “alcanzaron la sensualidad por via de la fe”. Eso sì: “sin recurrir al mamoneo ni al escaparatismo”·.
Por si fuera insuficiente la osadía con que escribes tu cosa en lineas anteriores, te largas al final un par de tropelías mitinescas- Una: que “los administradores del misterio juegan al Interviú con Sor Citroen”. Y dos: que “la religión y sus administradores lo que deben hacer -que tú lo dices y no eres administrador de nada- es “asumir debates necesarios favorables y pendientes acerca del aborto, de la eutanasia y de la anticoncepción”. Paso tu consejo y orden a los señores administradores de la cosa. A ver si, en agradeciminento, te declaran consejero aulico de la Conferencia Episcopal y aun de los departamentos vaticanos.
Hasta luego, Lucas.
Eduardo Gil de Muro
Religioso Carmelita
Del blog "Con permiso"
21
No comments:
Post a Comment