Sunday, November 30, 2008

Misa en Santa María de la Paz


Los obispos chilenos en Visita ad limina apostolorum a Roma, conmemoraron los 30 años de la histórica mediación del Papa Juan Pablo II, en la persona del Cardenal Samoré, para resolver el conflicto limítrofe entre Chile y Argentina.

En la Iglesia de Santa María de la Paz, situada a escasos metros de Plaza Navona en el corazón de Roma se celebró este domingo 30 a partir de las 11:00 hora local (7:00 A.M hora chilena) la misa con que los obispos chilenos en Visita ad limina apostolorum a Roma conmemoraron los 30 años de la histórica mediación del Papa Juan Pablo II, en la persona del Cardenal Samoré, para resolver el conflicto limítrofe entre Chile y Argentina.

La misa, presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Alejandro Goic fue concelebrada por el Arzobispo de Santiago Cardenal Francisco Javier Errázuriz y por Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales de la Santa Sede entre otros importantes prelados.


En la ceremonia religiosa que coincidió con el inicio del Adviento, tiempo en que la iglesia invita a la vigilancia y la preparación para así vivir el gran tiempo de esperanza que es la Navidad, se encontraban presentes los 31 obispos chilenos que actualmente están en Roma, más de 20 sacerdotes chilenos y argentinos y una numerosa y participativa comunidad de chilenos residentes en la capital italiana. Entre las autoridades presentes en la ceremonia caben destacar el Embajador de Chile ante la Santa Sede Pablo Cabrera Gaete, el embajador de Chile en Italia Cristián Barros Melet y el Embajador de la República Argentina ante la Santa Sede Juan Pablo Cafiero. Todos ellos acompañados de sus respectivas esposas.


Homilía

En su homilía Monseñor Alejandro Goic Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile recordó como “Argentina y Chile, pueblos creyentes y llamados a ser hermanos vivían hace 30 años una controversia seria y difícil. Yo fui testigo de ello en mi ciudad natal, Punta Arenas, en el año 1978. Párroco de una populosa población de la ciudad, percibía la “sicosis de guerra” que vivía el pueblo en todos los sectores y niveles. Sufría con el dolor de las madres y esposas que tenían a sus hijos y maridos en las trincheras de los límites fronterizos. Podía percibir sus dramas y sus angustias. Y ahí, en ese contexto, surge la voz y la palabra profética del sucesor de Pedro. El 12 de Diciembre de 1978 dirige una carta a los Presidentes de Argentina y de Chile, ante el encuentro de los Cancilleres de ambos países, y les señala que “el diálogo no prejuzga los derechos y amplía el campo de las posibilidades razonables, haciendo honor a cuantos tienen la valentía y la cordura de continuarlo incansablemente contra todos los obstáculos. Será –continuaba-- una solicitud bendecida por Dios y sostenida por el consenso de vuestros pueblos y el aplauso de la Comunidad Internacional”.“La historia de paz, desde ese día, gracias a Dios, la conocemos” Prosiguió en su emotiva homilía Monseñor Goic . “Hace 30 años comenzó ese proceso con el enviado de Juan Pablo II, el inolvidable, inteligente y venerado Cardenal Antonio Samoré, quien con sus colaboradores y ambas Cancillerías y la oración de dos pueblos creyentes y hermanos, lograron el don de la paz para Chile y Argentina.Fue un signo elocuente de Cristo, que vino a través de su Iglesia a hacer obra de paz. Hoy damos gracias a Dios por este regalo de la paz a nuestros pueblos de Argentina y Chile.”En el momento de las ofrendas fueron portadas al altar las banderas de ambas naciones, la bandera de Italia y los símbolos de la eucaristía por una pareja vestida con sus trajes típicos.



Embajadores de Chile y Argentina ante la Santa Sede

Antes de concluir la ceremonia el Embajador de Chile ante la Santa Sede, Pablo Cabrera destacó “la importancia de la intervención diplomática de la Santa Sede 30 años atrás para alcanzar la tan anhelada paz entre dos pueblos hermanos”


Por su parte, el Embajador de Argentina ante la Santa Sede Juan Pablo Cafiero, finalizada la ceremonia señaló: “gracias a Dios nuestros pueblos salieron airosos en esos años de una difícil situación y gracias a Dios que tuvimos un Papa como Juan Pablo II que nos dio una oportunidad de Paz muy grande”

La paz, concluyó, "no es solamente la ausencia de armas, sino que es también un espíritu de construcción colectiva del sentido de nación y del sentido de un continente pacífico por el bien de todos".
Cardenal Francisco Javier Errázuriz
Muy contento de celebrar una acto tan importante del Pontificado de Juan Pablo II y de tanta trascendencia para Chile y Argentina se declaró el Cardenal Francisco Javier Errázuriz.

“Siempre uno llega a temblar pensando en lo que pude haber sido una guerra entre Argentina y Chile, la cantidad enorme de pérdidas de vidas humanas y, al mismo tiempo, la enemistad que crece entre los pueblos con ocasión de una guerra. Gracias a Dios después de ese tratado de amistad, de colaboración es otra la situación que surgió entre nuestros países y también nació una fraternidad que ni siquiera antes conocíamos gracias a la mediación del Papa”

Me alegró mucho – concluyó el Cardenal Errázuriz - que Monseñor Goic pudiera presidir la eucaristía y también que prácticamente toda la Conferencia Episcopal de Chile estuviera presente en esta hermosa iglesia unida a mi como cardenal - esta es mi iglesia titular en Roma - que se llama precisamente Santa María de la Paz”.



Fuente: Prensa CECh ( Texto y fotos, colaboración gentileza Olga de los Santos desde Roma )

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