La congregación de los Misioneros de San Carlos Borromeo (scalabrinianos) escogió Santiago de Chile para el encuentro anual de formación permanente de los sacerdotes con menos de 15 años de ejercicio de ministerio.En la casa de la comunidad -ubicada en la parroquia Italiana y Latinoamericana Nuestra Señora de Pompeya- se reunieron entre el 2 y el 5 de febrero, 23 padres que actualmente están trabajando en las provincias de San José, San Pablo y San Pedro, correspondientes a Brasil, Uruguay, Bolivia, Perú, Argentina, Paraguay y Chile.
Durante su estadía, los misioneros conocieron el trabajo que realiza el Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI); el Centro de Atención Integrado al Migrante (CIAMI) en sus diversas áreas de atención; la parroquia Italiana y Latinoamericana; y el Departamento arquidiocesano de migración. Además, recibieron una charla del teólogo p. Ronaldo Muñoz, y durante una mañana visitaron el Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, donde fueron recibidos por la jefa del mismo, Carmen Gloria Daneri.
Paralelo a estas actividades y a otras de recreación, como un viaje a Valparaíso, los sacerdotes tuvieron la ocasión de intercambiar las experiencias de cada uno en sus encargos pastorales y confraternizar.
Para el padre Jairo Guidini el encuentro significó, como cada año, un espacio para tomar impulso. “Es un encontrarse, uno aprende escuchando de la experiencia de los otros, y eso sirve para motivar nuestra labor misionera. Es convivir entre nosotros, ver los compañeros que están lejos, rezar juntos, escuchar una charla formativa. Es un encuentro importante que se hace todos los años”, dijo.
Añadió que “el hecho de compartir la vida, las experiencias, para mí es siempre un empuje, un ánimo, una luz en el camino, porque uno sale más animado para el trabajo porque seguramente todos encontramos dificultades y el estar juntos y compartir la vida nos ayuda. Yo siempre salgo del encuentro más motivado, más contento, más animado para seguir el trabajo scalabriniano”.
El misionero Camilo Moreira, por su parte, manifestó que además de la alegría de “encontrarse con los amigos”, esta instancia es una oportunidad para mostrar el rostro de la congregación en sus diferentes dimensiones. “Todos trabajamos con distintas formas de migraciones, en misiones específicas, pero no siempre conocemos las experiencias concretas de los otros, y aquí vemos todo”, sostuvo.
Los sacerdotes haitianos Wilnie Jean, Brunel Brutus y Gustot Lucien, en tanto, a lo antes mencionado agregaron un motivo extra de alegría, pues en INCAMI tuvieron la oportunidad de compartir con algunos de sus compatriotas que han migrado a Chile. “Fue una sorpresa muy bonita y nos gustaría poder de alguna manera acompañarlos”, dijo el padre Wilnie.
Fuente: Comunicaciones INCAMI--- Iglesia.cl
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