La segunda jornada del Papa Benedicto XVI en Angola comenzó con una celebración Eucarística en la que participaron los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, movimientos eclesiales y catequistas de Angola y de São Tomé.
La celebración se ha llevado a cabo en la parroquia salesiana de São Paulo en Luanda, la capital angoleña. La Iglesia, construida por los frailes capuchinos en 1935, desde 1982 se encuentra bajo responsabilidad de los Salesianos, y, en vista de la visita del Santo Padre, ha sido recientemente remodelada.
En la celebración han participado alrededor de 3000 personas. Los fieles, dado el inmenso número, han sido organizados en tres sectores, una parte de ellos han ocupado la iglesia, otra el patio contiguo a la parroquia donde ha sido instalada una pantalla gigante, y el tercer grupo la calle frente a la iglesia, donde también se instaló una pantalla.
El Papa, al comentar las lecturas del día, ha invitado a los presentes a profundizar su conocimiento del Señor así como hizo San Pablo, quien luego de su encuentro con Cristo Resucitado dio un giro a su vida: “No se trata de una simple maduración del ‘yo’ de Pablo, sino de morir a sí mismo y resucitar en Cristo. En él murió una manera de existir para dar paso al nacimiento de una nueva vida con Jesús resucitado”.
Refiriéndose a la historia del pueblo de aquellas tierras, el primer reino cristiano subsahariano, Benedicto XVI ha confiado a los obispos, a los religiosos y a los catequistas la tarea de saber ofrecer a Cristo resucitado a los propios conciudadanos, superando las dificultades y las resistencias. “Si estamos convencidos y hemos hecho la experiencia de que, sin Cristo, la vida está incompleta, que le falta una parte –y la parte fundamental-, debemos estar convencidos también del hecho de que no hacemos alguna injusticia a nadie si les presentamos a Cristo y les damos la oportunidad de encontrar también, de esta forma, su verdadera autenticidad, el gozo de haber hallado la vida. Es más, debemos hacerlo, es una obligación nuestra ofrecer a todos esta posibilidad de alcanzar la vida eterna”.
En la homilía el Papa ha querido agradecer a la comunidad educativo pastoral de la obra de São Paulo: “Permitidme finalmente dirigir unas palabras a los Salesianos y a los fieles de esta parroquia de São Paulo que nos reciben en su iglesia, quienes no han dudado en dejarnos el lugar que habitualmente corresponde a ellos en la asamblea litúrgica. He sabido que se encuentran reunidos en el campo contiguo y espero, al final de la Eucaristía, poder verles y bendecirles, pero ya desde ahora le digo ¡muchas gracias! Que Dios suscite entre vosotros y por medio vuestro tantos apóstoles que imiten a vuestro santo patrón”.
Al final de la celebración, de hecho, el Papa ha pasado por el patio junto a la parroquia para saludar y bendecir a los fieles ahí congregados. Ahí ha saludado también a los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano. Los jóvenes, provenientes de las diversas obras salesianas de la visitaduría de Angola, llegaron a Luanda desde el pasado miércoles para participar en los momentos de espiritualidad organizados para preparar la visita del Pontífice. Estuvieron presentes a la llegada de Benedicto XVI a Angola y ayer, luego de la celebración en la parroquia de São Paulo se trasladaron al estadio “Dos Coqueiros” donde el Papase ha reunido con los jóvenes. Hoy participarán también en la misa conclusiva a celebrarse en Cimangola.
Misiones Salesianas
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