Thursday, July 03, 2014

La Iglesia brasileña anima a superar el clericalismo y promover el ministerio laical


El Episcopado aboga por una "Iglesia consoladora, samaritana, profética, servicial, maternal"


"Todo cristiano laico y laica tiene un papel decisivo también en la Iglesia"



(Luis Miguel Modino).- Sin entrar a hacer juicios de valor, nadie puede negar que las cosas en la Iglesia Católica están cambiando y que el espíritu de Francisco es una realidad cada vez más palpable. Desde que fue elegido Obispo de Roma, como él mismo se presenta, ha incidido en la necesidad de que la Iglesia sea más participativa y se escuche la voz de la gente para poder marcar caminos que sean fruto de un mayor consenso.
La Iglesia brasileña, como debe estar sucediendo en otros lugares, ha apostado claramente por este camino y este miércoles, 2 de julio, hemos sido testigos de un nuevo paso en este sentido con la presentación del texto de estudio número 107 de laConferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB por sus siglas en portugués).
Este texto fue aprobado en la última asamblea general del episcopado brasileño que tuvo lugar en Aparecida de 30 de abril a 9 de mayo. Lleva por título "Cristianos laicos y laicas en la Iglesia y en la sociedad" y tiene como objetivo la animación del laicado en la comprensión de su actuación como sujetos eclesiales en las diversas realidades en que se encuentran. El título es completado con la cita evangélica "Sal de la Tierra y Luz del Mundo" (cf. Mt. 5,13-14).
Siguiendo la metodología del ver, juzgar y actuar, muy presente en muchos de los documentos eclesiales, el texto se divide en tres capítulos. En el primer capítulo, "El Mundo Actual: Esperanzas y Angustias", se presenta una visión de la realidad en que vivimos, formando parte de una sociedad globalizada, marcada por el individualismo y el consumismo, lo que provoca diferentes reacciones que afectan a la familia, la comunidad, la parroquia..., llevando a preguntarse cuál debe ser la postura y actuación del cristiano.
El segundo capítulo, "El Sujeto Eclesial: Ciudadanos, Discípulos y Misioneros", pretende encontrar caminos que lleven a superar el antagonismo entre fe y vida, a vivir el ecumenismo, a ser Iglesia Pueblo de Dios, en la que la vocación laical sea valorada a partir de la vivencia del propio bautismo, que lleve a valorar la corresponsabilidad, la comunión y la participación, superando el clericalismo y promoviendo los ministerios y servicios laicales.
El tercer capítulo, "La acción Transformadora en la Iglesia y en el Mundo", llama la atención sobre la necesidad de un laicado organizado y bien formado para poder llevar a cabo la misión evangelizadora. El final del texto presenta algunas pistas de acción que podrían ser llevadas a cabo.
En la presentación, Don Leonardo Steiner, Secretario General de la CNBB, señalaba que los laicos son "mujeres y hombres que ayudan en la construcción del Reino de la verdad y de la gracia, del amor y de la paz, que asumen servicios y ministerios que vuelven a la Iglesia consoladora, samaritana, profética, servicial, maternal", lo que muestra cómo es la vida del día a día de la Iglesia brasileña en muchos lugares, donde estas mujeres y hombres son la principal presencia evangelizadora, ante la asistencia esporádica de los ministros ordenados.
También hablaba Don Severino Clasen, presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para el Laicado, mostrando que este texto quiere restablecer el sentido de la vida y de la existencia, afirmando que "todo cristiano laico y laica tiene un papel decisivo también en la Iglesia, presente en su testimonio de vida y la coherencia de enamorarse de Jesucristo. Y en esta pasión, en este amor, en el seguimiento a Él, buscar caminos para transformar la sociedad".
Lo que la CNBB pretende a partir de ahora es que este texto sea estudiado en diferentes niveles para poder elaborar propuestas que hagan posible un documento que ayude a los laicos a ser discípulos misioneros y sujetos eclesiales, retomando las propuestas del Concilio Vaticano II.
La experiencia del documento sobre la parroquia, con el que se llevó a cabo el mismo proceso el año pasado y en el que tanto ayudaron las propuestas recibidas, es una esperanza para que el documento futuro traduzca la razón de la presencia de los laicos en la Iglesia y en la sociedad.
Quien sueña con una Iglesia en la que todos y todas sean protagonistas está de enhorabuena. Al final los laicos y laicas son la inmensa mayoría...

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