26 de julio
San Joaquín y santa Ana
San Joaquín y santa Ana
Salmo 83 ¡Qué deseables son tus moradas, Señor!
Desgrano el salmo y voy dejando que sus frases sean oración en cada instante de mí día, sembrado por tu palabra, lleno de ti. Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor; mi corazón y mi carne retozan por le Dios vivo; dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza; vale más un día en tus atrios que mil en mi casa.
Dejo que tu Palabra se haga silencio de alabanza en mi.
Dejo que tu Palabra se haga silencio de alabanza en mi.
Luis Fernando Crespo SM
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