Sunday, July 27, 2014

Pistas para la homilía por Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.



¡Que el Señor nos conceda la sabiduría de corazón!
• Lecturas:
- I Libro de los Reyes 3, 5. 7-12
- Carta de san Pablo a los Romanos 8, 28-30
- Mateo 13, 44-52
• Nuestra meditación dominical estará centrada en la primera lectura, en la que tema inspirador es la petición que Salomón le hace a Dios para que le conceda el don de la sabiduría, con el fin de gobernar al pueblo que le ha sido confiado.
Salomón es un personaje fascinante que ha cautivado la imaginación de millones de personas a lo largo de los siglos. Sus enormes riquezas, su sabiduría para gobernar y su éxito en las conquistas amorosas han inspirado muchas leyendas. Es ampliamente conocida su aventura con la reina de Saba; lo que comenzó siendo un encuentro diplomático para fortalecer las relaciones políticas y los intercambios  comerciales, terminó en un apasionado romance. 
Los invito a dejar a un lado la figura del rey Salomón y las leyendas que se han tejido alrededor de él, y nos concentremos en la hermosa petición que hace a Dios: "Te pido que me concedas sabiduría de corazón, para que sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el bien y el mal". Su petición es clara: pide la sabiduría, a la cual entiende como la capacidad para discernir entre el bien el mal; y el objetivo es noble: cumplir la misión que el Señor le ha confiado, gobernar.
• ¿Cómo podríamos expresar, con palabras más cercanas a nosotros, esta petición? Podríamos expresar lo mismo con expresiones como madurez, formación de la conciencia, discernimiento.
- La palabra madurez proviene de la Psicología y describe a la persona que es ponderada en sus juicios, establece relaciones de respeto y solidaridad, y no se deja llevar por sus instintos y sentimientos.
- La expresión formación de la conciencia proviene de la Ética y expresa la capacidad de tomar decisiones después de explorar los valores que están en juego, las consecuencias que tal decisión pueden tener en el proyecto personal de vida y su impacto sobre los demás.
- La palabra discernimiento es originaria de la Teología Espiritual, y se ha extendido a otras disciplinas y quehaceres. Originalmente, el discernimiento hace referencia a la sensibilidad interior que detecta la acción del Espíritu Santo en nuestro interior quien, a través de mociones, va sugiriendo el camino para avanzar por el camino del Señor. El discernimiento es fruto de la oración; en ella, nuestros sentidos interiores se van afinando para percibir la acción de Dios en nuestras vidas.
• Esta petición del rey Salomón, que hemos resignificado en términos de madurez, formación de la conciencia y discernimiento, se enriquece en el Salmo 118, que hace parte de la liturgia de este domingo. El salmista manifiesta cuáles son las herramientas que el Señor nos ofrece para poder distinguir entre el bien y el mal; se trata de las enseñanzas y preceptos del Señor, los cuales nos son transmitidos a través de su Palabra:
- “Para mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata”
- “Amo, Señor, tus mandamientos más que el oro purísimo; por eso tus preceptos son mi guía y odio toda mentira”.
- “La explicación de tu Palabra da luz y entendimiento a los sencillos”.

• La Palabra de Dios, consignada en la Biblia y transmitida por la Iglesia, revela el plan de salvación y ofrece los criterios inspiradores para tomar las decisiones correctas. Ahora bien, no podemos pensar que la Biblia es un libro de preguntas y respuestas para la solución de los complejos problemas del mundo contemporáneo. La Teología Católica utiliza las herramientas de la exégesis y la hermenéutica para comprender el sentido de la Palabra de Dios; no hacemos la interpretación literal e ingenua que es común en otros grupos religiosos.

• Esta petición que hace el rey Salomón, “te pido que me concedas la sabiduría de corazón para que sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el bien y el mal”, conserva toda su vigencia hoy. Es válida para los padres de familia, los educadores, los líderes espirituales, los dirigentes políticos:
- Muchos padres de familia se sienten abrumados por las presiones del ambiente que rodea a sus hijos; no saben qué permisos conceder, cuándo decir NO y qué límites establecer. En este día, pidamos que los padres de familia tengan la sabiduría de corazón para que sepan educar a sus hijos y distinguir entre el bien y el mal.
- Muchos educadores han renunciado a ejercer una parte fundamental de su vocación como es ser formadores de los niños y jóvenes; se contentan con ser instructores que transmiten unos conocimientos y ayudan a desarrollar unas destrezas. En este día, pidamos que el Señor conceda la sabiduría de corazón a los maestros para que sean capaces, no solo de instruir sino también de formar, a sus alumnos en los valores éticos y ciudadanos.
- En este día, pidamos que el Señor conceda el don de la sabiduría al Papa Francisco para que pueda gobernar a la Iglesia e introducir los profundos cambios que se necesitan para ser fieles anunciadores del Evangelio.
- Finalmente, pidamos la sabiduría de corazón para que nuestros dirigentes puedan conducir al país por los tortuosos caminos del progreso y avancemos hacia la paz y la convivencia civilizada. Muchos dirigentes confunden sus intereses individuales con el bien común; su visión del país no va más allá de los periodos electorales. Necesitamos líderes que sean auténticos estadistas, que tengan una visión amplia e incluyente.
• Es hora de terminar nuestra meditación dominical, la cual ha estado centrada en la inspiradora petición que el rey Salomón hace al Señor, la cual sigue siendo válida en nuestro tiempo.
Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.Rector de la Pontificia Universidad Javeriana
Jesuitas de Colombia

No comments: