"La finalidad de la Eucaristía es que podamos convertirnos en una sola cosa con Él"
"Es un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús"
(RV).- Miles de peregrinos acompañaron en el tercer domingo de agosto al Papa Francisco a la hora de la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro, donde el Obispo de Roma reflexionó sobre el Evangelio de Juan, en el que se lee cómo Jesús se presenta como "el pan vivo bajado del cielo".
"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día" (Jn 6,54), leyendo éste fragmento del Evangelio, Papa Francisco explicó a los fieles que este pan partido es el "signo" del Sacrificio, que tiene su punto culmine en la Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su cuerpo y sangre. Y así añade Francisco, que en la Eucaristía nos transformamos en uno solo con Jesús, y ésta es nuestra finalidad.
En este sentido el Papa reflexionó sobre para qué sirve la Misa. Explicó que la Eucaristía es un "memorial", es decir un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurección de Jesús.
Antes de rezar la oración mariana, pidió para que la Virgen María nos ayude a nutrirnos siempre con la fe de Jesús, el Pan de la Vida.
Palabras del Santo Padre antes del rezo del Ángelus
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos dias!En estos domingos la Liturgia nos está proponiendo, del Evangelio de Juan, el discurso de Jesús sobre el Pan de la vida, que es Él mismo y que es también el sacramento de la Eucaristía. El pasaje de hoy (Jn 6,51-58) presenta la última parte de ese discurso, y hace referencia de algunos entre la gente que se escandalizan porque Jesús dice: « El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día» (Jn 6,54). El estupor de los que lo escuchan es comprensible; de hecho Jesús usa el estilo típico de los profetas para suscitar en la gente - y también en nosotros - interrogantes y, al final, una decisión. Ante todo preguntas: ¿qué cosa significa "comer la carne y beber la sangre" de Jesús?, ¿es sólo una imagen, un símbolo, o indica algo real? Para responder, es necesario intuir qué cosa ocurre en el corazón de Jesús mientras parte el pan para la muchedumbre hambrienta. Sabiendo que deberá morir sobre la cruz por nosotros, Jesús se identifica con aquel pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en el "signo" del Sacrificio que lo espera. Este proceso tiene su cúlmen en la Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su Cuerpo y en su Sangre. Es la Eucaristía, que Jesús nos deja con una finalidad precisa: que nosotros podamos convertirnos en una sola una cosa con Él. De hecho dice: « El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él » (v. 56). La comunión es asimilación: comiéndolo a Él, nos transformamos en Él. Pero esto requiere nuestro "si", nuestra adhesión de fe.A veces, con respecto a la santa Misa, se siente esta objeción: "¿Para qué sirve la Misa? Yo voy a la iglesia cuando tengo ganas, y rezo mejor solo". Pero la Eucaristía no es una oración privada o una bella esperiencia espiritual, no es una simple conmemoración de aquello que Jesús ha hecho en la Última Cena: la Eucaristía es "memorial", o sea un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo ofrecido, el vino es realmente su Sangre derramada.La Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros.Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida en un don a Dios y a los hermanos. Nutrirnos de aquel "Pan de vida" significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor oblativo y convertirnos en personas de paz, de perdón, de reconciliación, de compartir solidario.Jesús concluye su discurso con estas palabras: «El que come de este pan vivirá eternamente» (Jn 6,58). Si, vivir en comunión concreta, real con Jesús sobre esta tierra nos hace ya pasar de la muerte a la vida; y de esta forma cerramos los ojos a este mundo en la certidumbre que el último día escucharemos la voz de Jesús Resucitado que nos llamará, y nos despertaremos para estar siempre con Él y con la gran familia de los santos.En el Cielo ya nos espera Maria nuestra Madre - ayer hemos celebrado este misterio. Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos de Jesús, Pan de la vida, siempre con fe.
Saludos del Papa a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro:
Queridos hermanos y hermanasLes saludo a todos con afecto, romanos y peregrinos: las familias, los grupos parroquiales, las asociaciones, los jóvenes.Saludo al grupo folclórico "Organización de arte y cultura mexicana", los jóvenes de Verona que están viviendo una experiencia de fe en Roma, y a los fieles de Beverare.Dirijo un saludo especial a los numerosos jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, reunidos en Torino en los lugares de San Juan Bosco para celebrar el bicentenario de su nacimiento, les animo a vivir en la cotidianidad la alegría del Evangelio, para generar esperanza en el mundo.A todos les deseo un buen domingo. Y por favor, ¡no se olviden de rezar por mí! Buen almuerzo y hasta la vista.
Palabras del Santo Padre antes del rezo del Ángelus
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