Wednesday, March 01, 2017

A manera de obertura... de Michel Hubaut



Hermano, hermana, en humanidad,
creyente o no,
amigo lector,
sé que tienes mil y una razones para desesperar.
También yo, como tú, algunas tardes,
ante mis propios fracasos y cobardías,
y sobre todo ante las informaciones de los diarios,
me siento poco orgulloso de la raza humana.

También yo, como tú, ante los genocidios
y las depuraciones étnicas,
ante los millares de personas sin techo,
ante los millones de parados...,
me siento trágicamente impotente...
Sí, tenemos mil razones para desesperar
de nosotros mismos,
de los otros y del mismo Dios...

Y sin embargo,
¡hay también mil y una razones para seguir esperando!
Transforma tu mirada...
Son ya miles y miles los hombres y mujeres
que, en todos los frentes, sin cámaras ni micrófonos,
están diciendo no a la lógica del dinero,
no al odio,
no a la mentira
no a la indiferencia,
¡no a la desesperanza!
Basta a veces un hombre, una mujer,
un puñado de voluntarios,
para abrir una pequeña brecha de luz
en el muro de la noche.
Fíjate en todos esos hombres y mujeres
que no aparecen en la primera página de los periódicos,
pero que, día a día, inventan
nuevas maneras de vivir, compartir y esperar

Mira en torno a ti
esas mil y una flores de esperanza,
que se obstinan en asomarse por las mínimas grietas
abiertas en nuestros paisajes de asfalto,
y tendrás deseos de sembrarlas,
tú también, muy pronto.

Un día, salió un sembrador a sembrar
la semilla de la esperanza,
y a pesar de la dureza de nuestra tierra,
a pesar de la abundancia de zarzas,
a pesar de las malas hierbas de todas clases,
esta semilla, tan frágil,
se convertirá en el árbol del fúturo.

¡Algunos la creen indestructible!
Se dice incluso que es la fuente
de la realización plena de  nuestro universo.
El nombre que suele preferirse para ella es "amor"...

Al parecer,
cuando uno está cansado de todo y de todos,
se puede seguir oyendo, del lado del corazón,
un hilillo tenue de agua
que no se sabe de donde viene,
pero que impide que esta semilla 
muera...

Michel Hubaut
Las raíces de la esperanza 

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