La semana pasada meditamos la parábola del sembrador. Recordemos la forma
como Jesús le habló a su gente con una bella parábola y los invitó a seguirle. Mateo
continúa hoy en este capítulo 13, explicando por medio de otras parábolas de tipo
ecológico, qué se entiende por el Reino de Dios.
Hoy propone primero la parábola del trigo y de la cizaña. En ella insiste, en la forma
especial, cómo en este caso el Reino de los Cielos, va a crecer aún en medio de la
cizaña.
En el proceso de Paz en nuestro país no ha faltado gente que esté sembrando cizaña
y haciendo lo posible porque fracase. Otras personas están muy pesimistas, aunque
no se oponen al proceso. Otras en cambio están aportando sus granos así sean
pequeños, de levadura para que fermentar el ambiente.
También, a propósito de la Venida del Papa a Colombia, hay personas que están
sembrando cizaña: que el Papa viene sólo a favorecer al presidente por lo de la Paz.
Por fortuna no ha faltado quien les conteste que ciertamente no viene a proponer
que sigamos en guerra. Y también las ha invitado a leer la encíclica de la Casa Común,
LAUDATO SI, donde el Papa rechaza lo que el gobierno ha llamado la “locomotora
minera”, por los daños y estragos que está causando a las comunidades campesinas.
Ya desde el primer capítulo afirma: “Las exportaciones de algunas materias primas
para satisfacer los mercados del Norte industrializado ha producido daños locales,
como la contaminación con mercurio en la minería del oro…”(nr. 51).
Lo importante es que vivamos algo muy bello: el trigo, en este caso, la espiritualidad,
la fraternidad, la misma Eucaristía… Aquí la pregunta es: ¿Cómo nos estamos
preparando para vivir estos momentos de siembra?
Después toma el granito de mostaza y la levadura, para mostrarles cómo el Reino de
Dios va creciendo desde ser una comunidad pequeña hasta volverse inmensa. Las
primeras comunidades fueron viendo cómo esas pequeñitas iglesias de los apóstoles
fueron creciendo y creciendo.
Sería este el momento de invitar a muchas personas a luchar por la Casa Común, así
ahora parezca ser sólo el granito y el empeño de unos pocos grupos que se están
convirtiendo en levadura de la masa con el propósito de defenderla.
Alejandro Londoña Losada sj
Jesuitas de Colombia
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