En el contexto de la beatificación de Mons. Óscar Romero, llevada a cabo el 23 de mayo de 2015, surgió de nuevo la pregunta de su relación con la teología de la liberación. Algunos intentan desvincularlo totalmente de ella. Otros lo declaran teólogo de la liberación. No estamos de acuerdo, ni con los unos, ni con los otros. La cuestión se complica, porque Mons. Romero experimentó un cambio profundo respecto a la teología de la liberación. En este artículo, intentaremos investigar en qué medida el método y los contenidos centrales de la teología de la liberación aparecen en sus homilías, sus cartas pastorales y su diario. Además, veremos cómo Mons. Romero se ha convertido en un gran inspirador de destacados representantes de la teología de la liberación.
1. Dos posturas opuestas.
La desvinculación de Mons. Romero de la teología de la liberación la defiende Roberto Morozzo della Rocca, en su libro Óscar Romero. La biografía, que solo por el título ya parece un poco pretencioso. El autor sostiene que “Los teólogos de la liberación han presentado la actividad de Romero como la encarnación de dicha ideología, aunque él no la siguiera“. Esta afirmación es criticable en varios aspectos. Sin más, se presenta a la teología de la liberación como una ideología.
No se menciona el nombre de ningún teólogo de la liberación y tampoco se indica ninguna fuente. De manera extraña, el autor habla de “seguir” una teología. Así, pues, parece estar influido por prejuicios e intereses. La polémica ha superado la investigación científica.
Otro representante de una desvinculación voluntarista de Mons. Romero de la teología de la liberación es Jesús Delgado. En el libro colectivo, Óscar Romero. Un obispo entre guerra fría y revolución (2003), este autor examinó la pequeña biblioteca de 205 volúmenes que Mons. Romero dejó en su habitación, en el Hospital de la Divina Providencia. Según Delgado, “La literatura menos leída de esta biblioteca es la que atañe a la teología de la liberación (12 volúmenes). Los libros dedicados a esta teología están tan intactos como en el día en que monseñor los compró o, más bien, se los obsequiaron“. De ahí concluye que Mons. Romero no prestó ningún interés a la teología de la liberación. Como argumentación científica, parece un poco superficial.
La postura opuesta la defiende, por ejemplo, Ralf Pauli, en Zeit online, donde, con ocasión de la beatificación, escribe: “El papa beatificará al teólogo de la liberación Óscar Arnulfo Romero“. A esto hay que responder, en primer lugar, que Mons. Romero no era teólogo profesional. En consecuencia, tampoco puede ser llamado “teólogo de la liberación”. De acuerdo con la triple distinción de Leonardo y Clodovis Boff, entre una teología de la liberación popular, una pastoral y una profesional, es más apropiado decir que Mons. Romero, en sus tres años de arzobispado, puso en práctica una teología de la liberación pastoral. Pero para entenderlo adecuadamente, es necesario resumir el gran cambio dado por Mons. Romero, que incluye su postura frente a la teología de la liberación. Algunos califican ese cambio como una conversión.
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Martín Maier sjProfesor visitante Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” San Salvador, El Salvador.
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